España ve a Marruecos como una amenaza en el sector de la automoción. En 2024, el reino produjo unos 700.000 vehículos y debería alcanzar los 2 millones de unidades en 2030. Un objetivo que podría alcanzar gracias a las tres fábricas de gigantes automovilísticos europeos instaladas en su territorio.
El primero es el de Renault en Casablanca. El fabricante francés compró en 2003 la fábrica de SOMACA, que tiene una capacidad de producción de 100.000 vehículos. En 2012, instaló una segunda fábrica en Tánger. Con un coste de mil millones de euros, esta unidad produce 400.000 vehículos al año, entre ellos principalmente el Dacia Jogger.
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En 2019, Stellantis (antes PSA) se mudó a la ciudad de Kenitra. Esta fábrica, con capacidad para 400.000 vehículos, produce modelos como el Peugeot 208, el Citroën AMI y el Opel Rocks-e. De aquí a 2027, el fabricante prevé trasladar a esta fábrica la producción de los Citroën C4 y C4 X, anteriormente realizada por la factoría de Stellantis en España.
Marruecos dispone de plazas de aparcamiento para vehículos destinados a la exportación, con una capacidad de 500.000 coches, en la zona portuaria. Se está trabajando para duplicar la capacidad de este sitio. Con estas importantes inversiones, Marruecos es uno de los mayores exportadores de automóviles a Europa, por delante de Japón.