“Es una muerte cruel. Mi hija pudo haber estado embarazada. […] Es un doble asesinato. Por favor queremos justicia para mi hija, que permanezca presa toda su vida y no salga. Justicia, nada más”, dijo a la prensa Souad Hamouchy, madre de la víctima, durante la manifestación organizada en la plaza de la Misericordia, en el barrio almeriense de Los Molinos.
Meri fue asesinada el 30 de diciembre por Francisco SB, un hombre de 28 años que había conocido en septiembre. “No sólo la mató, sino que la quemó y arrojó su cuerpo. Queremos que esté en prisión el resto de su vida porque no merece estar en la calle. Estamos devastados y él también dejó a una hija sin madre”, añadió Souad, refiriéndose a su nieta de 20 años.
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A la espera de los resultados de la autopsia que revelarán la causa exacta de la muerte de Meri, su familia insiste en que podría haber estado embarazada de tres meses, sosteniendo que la víctima hizo esta confesión a sus amigos en un mensaje de audio antes de su muerte.
El cuerpo de Meri fue trasladado a un cementerio musulmán de Valencia por falta de espacio en Málaga y Murcia. Ante esta situación, Souad invitó a las autoridades competentes a construir un cementerio musulmán en Almería. «No quiero enviarlo a Marruecos porque he vivido en este país durante 35 años… No necesitamos viajar para visitar a un ser querido», dijo.
