¿Podría haber un vínculo entre el CNI, el imán Es Satty y los atentados? Al menos eso es lo que piensan algunos diputados españoles, basándose en documentos desclasificados del Centro. Es Satty murió mientras manipulaba explosivos en el chalet de Alcanar donde se preparaban los atentados. Pero los diputados interesados están convencidos de que el imán de Ripoll sigue vivo y de que participó, con la complicidad del CNI, en los atentados en Cataluña.
Es Satty fue detenido en 2010 en Ceuta, en posesión de 40 kilos de hachís transportados desde Marruecos. Fue condenado a cuatro años de prisión por este delito de tráfico de drogas, pena que cumplió en la prisión de Castellón. Su nombre había sido citado en el asunto Chacal, que lleva el nombre de una red desmantelada en 2006, que reclutaba yihadistas con destino a Irak. En ese momento, el CNI puso al imán bajo vigilancia, creyendo que podría radicalizarse en prisión y representar una amenaza para la seguridad nacional.
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El CNI también estudió la posibilidad de contratar a Es Satty como fuente. En esta perspectiva, el imán de Ripoll, que sigue cumpliendo condena, fue sometido a tres entrevistas en 2014. Durante la evaluación de estas tres entrevistas, los investigadores no detectaron ningún signo de radicalización. Sin embargo, la persona de Es Satty no inspiraba confianza, según el informe grafo-psicológico al que fue sometido.
Al final del proceso se le proporcionó un número de teléfono por si deseaba aportar información tras su liberación. Una vez liberado, el imán tuvo contacto con delincuentes activos en el tráfico de drogas. Se radicalizó en Ripoll, localidad donde se convirtió en imán de la mezquita de Annour. En aquel momento, el CNI investigaba a 610 yihadistas. Según datos del Ministerio del Interior español, en 2014 fueron detenidos 36 yihadistas, 75 en 2015, 69 en 2016 y 76 en 2017.