El municipio de Casablanca quiere acabar con los guardias ilegales que están sembrando el caos en la ciudad. Nabila Rmili, alcaldesa de la ciudad, anunció recientemente la suspensión de la expedición y renovación de licencias individuales para aparcamientos de coches, motos y otros vehículos. En este sentido se envió una nota a los jefes de distrito, con la aprobación del Wali de la región de Casablanca-Settat.
Los profesionales creen que es hora de regular este sector dada la magnitud del fenómeno de los «chalecos amarillos», estos guardias ilegales de vehículos que acosan y defraudan a los ciudadanos. Estos individuos sin ley representan “una anomalía y no tienen ningún vínculo con los guardias regulados”, denuncia una asociación local.
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Según el funcionario, “la pandemia de Covid-19 que azotó a Marruecos contribuyó a la aparición de esta categoría que ha dañado considerablemente la imagen de los guardias reglamentados”. El profesional añadió que «los guardias regulados, con licencia de alquiler y que operan en el dominio municipal, suman alrededor de 200.000 personas», subrayando que estos últimos «pagan impuestos y generan ingresos importantes para el municipio de Casablanca cada año».
El director de la asociación también indicó que los profesionales, unidos dentro de la asociación que preside, están trabajando en el establecimiento de un uniforme que los distinga de los “chalecos amarillos”. Por su parte, el secretario general de la oficina sindical de la prefectura de Casablanca, afiliada a la Confederación Democrática del Trabajo, considera que «la adopción de un sistema de gestión delegada a través de una empresa de desarrollo local para el estacionamiento de vehículos» es ilegal, porque perjudica a los ciudadanos.