El aumento vertiginoso de los precios de muchos artículos de primera necesidad pesa mucho sobre los presupuestos de los hogares marroquíes, ya debilitados por una difícil situación económica y social.
Para evitar una crisis en pleno Ramadán, la Federación pide un control reforzado de los mercados, mayoristas y minoristas para luchar contra prácticas especulativas como el acaparamiento y la manipulación de precios. No se trata de dejar a los consumidores a merced de comerciantes sin escrúpulos: la Federación exige sanciones ejemplares contra cualquier forma de fraude o engaño.
Leer: Desperdicio de alimentos en Marruecos: los restaurantes van a la caja registradora
Entre las soluciones propuestas, sugiere medidas fuertes como la exención de impuestos sobre las carnes rojas y las verduras durante el mes de Ramadán. También recomienda la importación de pollitos sin derechos aduaneros, o incluso la suspensión de su exportación para garantizar el abastecimiento del mercado local. Para reducir los costos de producción y promover precios competitivos, la Federación recomienda eximir de impuestos las materias primas utilizadas en la alimentación animal.
La Federación insiste en la necesidad de garantizar la abundancia de productos básicos y no duda en amenazar con aplicar el artículo 4 de la ley sobre libertad de precios y competencia si continúa la especulación. Al mismo tiempo, pide un mayor apoyo a las familias más desfavorecidas mediante la distribución de “cestas de Ramadán” y el fortalecimiento de los restaurantes económicos.
Consciente de que la responsabilidad es compartida, la Federación también hace un llamamiento a los consumidores para que tengan razón. Les anima a estar atentos a los productos de dudosa procedencia o caducados y les insta a evitar el despilfarro y las compras excesivas. “Cuidado con el efecto bola de nieve”, advierte: almacenar productos en grandes cantidades corre el riesgo de fomentar la especulación y provocar una escasez artificial.
La Federación, sin embargo, es optimista: una estrecha colaboración entre autoridades y consumidores permitirá, según ella, afrontar los retos del Ramadán y garantizar el acceso a productos básicos a precios asequibles para todos.