Unos días antes de la toma de posesión de Donald Trump, el 20 de enero, como presidente de Estados Unidos, un senador republicano calificó al Polisario de organización “terrorista”. Durante una sesión plenaria del Senado estadounidense, Joe Wilson acusó a Rusia, Cuba e Irán de «desestabilizar activamente África occidental apoyando al Frente Polisario, que representa una amenaza para el Reino de Marruecos, socio esencial de Estados Unidos desde hace 250 años». Recordó que el presidente Trump “reconoció al Sáhara Occidental como marroquí”.
Wilson destacó el apoyo militar del Polisario al régimen del ex presidente sirio Bashar Al-Assad. Continuó subrayando que “la semana pasada, el Polisario recibió a los terroristas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en una conferencia”, para gran consternación de “nuestro excelente aliado en la OTAN, Turquía”.
Las declaraciones del senador Joe Wilson aportan más leña al molino de Marruecos, que trabaja desde hace años para clasificar al Polisario en la lista de organizaciones terroristas internacionales. La cuestión fue incluso planteada en el Parlamento Europeo por el eurodiputado francés Brice Hortefeux (Les Républicains, ex Ministro del Interior).