En los Países Bajos, empresarios marroquíes malversaron fondos públicos destinados a la desradicalización y la integración, luego los transfirieron a Marruecos antes de reinvertirlos en un proyecto.
Si bien el municipio les pagó para luchar contra la radicalización y promover la integración, tres empresarios marroquíes utilizaron los fondos para otros fines. El caso fue llevado ante el tribunal de Rotterdam el pasado mes de diciembre. Pero el Ministerio Público (OM) bloqueó el proceso alegando que había llegado a un acuerdo con los sospechosos, cancelando así el juicio. Esta decisión provocó una fuerte reacción en las redes sociales. Algunos internautas sospecharon que OM quería encubrir el asunto.
Leer: Un ex agente consular marroquí condenado por malversación de fondos
Cuando se le informó, la NRC llevó a cabo una investigación exhaustiva. En un largo artículo dedicado al asunto, el periódico afirma que el dinero de los contribuyentes holandeses parece haber servido para financiar una fábrica de queso construida en Berkane. La fábrica mide 1.243 metros cuadrados. La publicación revela que uno de los tres sospechosos era miembro del ayuntamiento de Rotterdam. Un funcionario municipal responsable de la desradicalización en Róterdam, conocido por ser la “mano derecha” del ex alcalde Ahmed Aboutaleb, incluso habría prestado dinero de forma privada para este proyecto de quesería, revela el periódico, sin mencionar su nombre. Pero según el periodista Bas Paternotte, se trataría de Ahmed Harika, miembro del partido GroenLinks.