El turista español dice sentirse seducido por Marruecos, un país que le recuerda al sur de España de donde proviene. Es “un destino que nunca te deja indiferente”, dijo. El Paísevocando las medinas de Fez y Meknes, “dos lugares que hay que ver una vez en la vida”. “No es difícil imaginarse en la Granada nazarí de 1492 cuando se pierde en estos zocos medievales donde la gente vive y comercia como lo hacía siglos atrás. Laberintos existenciales de telas y zapatillas, pieles curtidas, metales, frutas frescas y piedras preciosas, perfumes y cocinas donde los ruidos del mundo exterior se amortiguan y donde el tiempo pasa de otra manera”, explica.
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El viajero también cayó bajo el hechizo de Marrakech, con su imprescindible plaza Jemaa el Fna, “un pequeño teatro social donde se representa cada día el gran espectáculo de la antropología. Un espacio de perímetro irregular y lleno de actividad a todas horas, pero especialmente al caer la noche, cuando se dan cita todo tipo de profesiones y personas. Es uno de los lugares más significativos para el viajero occidental”, añade, indicando que la ruta de las Kasbahs también es un lugar que visitar en Marruecos. “Esta carretera que atraviesa el sur del Atlas es una de las más bellas del norte de África. Es la postal de Marruecos que la mayoría de nosotros tenemos en mente. Un poco más de 300 kilómetros, con salida o llegada en Ouarzazate, a través de un paisaje repleto de ciudades fortificadas de tierra, palmerales, oasis y paisajes encantadores.
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El otro gran atractivo de Marruecos sigue siendo su Sáhara y las dunas de Merzouga «que pueden medir hasta 150 metros en determinados lugares y que cambian de color cada hora del día», declaró el turista español que no se olvidó de las montañas del Atlas, más de 4.000 metros de altura. “El Atlas, la cadena montañosa más alta del norte de África, es una barrera natural llena de lugares interesantes para explorar. Escalar el Toubkal (4.167 m), el pico más alto del norte de África, es toda una experiencia. Lo mismo ocurre con el M'Goun (4.071 m), el cuarto pico más alto de la cordillera, que es también otro destino clásico para las expediciones de trekking.
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Marruecos es un destino económico, accesible para todos los bolsillos, añadió el turista español que destaca una buena relación calidad-precio en términos de alojamiento y restauración. Sobre este último punto, el viajero recomienda la cocina marroquí que no se limita sólo al tagine y el cuscús. “Puedes experimentar con todo, desde harira hasta pastilla de paloma y mil formas de cocinar carne. La repostería también es excelente”, subrayó, invitando además a pasar buenos momentos de relajación en los hammams del reino.
