Existen dos cepas de este hongo originarias del este de Estados Unidos e identificadas en varias regiones del mundo, entre ellas Marruecos, Perú y Portugal: una atacó plantaciones de arándanos en China, México y California, y la otra, más virulenta, se extendió al Magreb. , particularmente Marruecos y el sur de Europa.
El caso de Marruecos es preocupante, dado el importante papel de los cultivos de arándanos en la agricultura de exportación. El hongo ataca las hojas, impidiendo la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas de arándano. Según el estudio, el oídio provoca caídas en la producción y genera pérdidas considerables para la industria mundial del arándano, estimadas entre 47 millones y 530 millones de dólares. En lo que respecta a Marruecos, estas pérdidas podrían ser mayores, ya que varias regiones siguen dependiendo de las exportaciones de frutos rojos.
Leer: Tormentas: parte de la producción de frutos rojos se pierde en Marruecos
El hongo se propaga debido al comercio internacional de plantas infectadas que afecta nuevas áreas de cultivo. «Si envía material vegetal a todo el mundo, corre el riesgo de llevar consigo este hongo», dice Michael Bradshaw, profesor asistente de fitopatología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. En Marruecos, las condiciones climáticas, que combinan humedad y temperaturas moderadas, podrían favorecer la rápida propagación del hongo.
Para prevenir la enfermedad, los investigadores han desarrollado una base de datos pública para identificar las diferentes cepas de oídio. El objetivo es permitir a los agricultores proporcionar información sobre la virulencia de las cepas presentes en sus cultivos y su posible resistencia a los fungicidas. En Marruecos, será necesaria una sinergia de acciones entre los diferentes actores del sector (investigadores, productores y autoridades agrícolas) para frenar la progresión del oídio y salvar el sector de los frutos rojos.