El lunes, alrededor de las ocho de la noche, Saray se enteró de la triste noticia. Su madre fue asesinada en un descampado de Retamar. “Tuvo tiempo de deshacerse del cuerpo. Creo que no quiso denunciar y que se debe hacer justicia porque a mí me quitaron a mi madre, y de la forma más traumática posible. Era joven, tenía 38 años y tenía toda una vida por delante. Yo tengo 20 años, no es justo…”, rompió en llanto al medio IDEAL. Ella niega que la víctima y su asesino, ya en prisión, “se conocieran a través de Tinder, una aplicación de citas”. “Ella supuestamente lo conocía, pero no creo que fuera un amigo de mucho tiempo, de lo contrario toda la familia lo habría conocido”, continúa.
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Actualmente, el expediente se encuentra bajo investigación. La joven de 20 años insistió en que ella y su familia lucharían para que este caso fuera reconocido como un acto de “violencia de género, porque había una relación”. Recuerda la última conversación que tuvo con su madre. “Como a la 1:54 am (el lunes pasado), le escribí. Tuve una intuición, pero no me respondió, dice Saray. Sentí que algo había sucedido, pero pensé que tal vez ella no había visto mi mensaje”. Desde que se anunció la triste noticia, ella y su familia se encuentran en estado de shock. “La forma en que sucedieron las cosas fue muy brutal”, lamenta.
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Mientras espera que se haga justicia, Saray se enfrenta a la incertidumbre: ¿dónde será enterrado el cuerpo de su madre, según el rito musulmán? La familia recogerá el cuerpo de Meri en el Instituto de Medicina Forense. Su deseo es que el cuerpo de Meri sea enterrado en Almería donde vivió toda su vida, pero teme que el cuerpo sea repatriado a Casablanca, Marruecos. “Queremos enterrarlo en Almería, para que mi familia y yo podamos ir a ver a mi madre. […] Quiero a mi madre aquí, con mi familia y con quienes la quisieron. “, suplicó la hija de la víctima.