También llamada “regularización voluntaria”, la amnistía fiscal tenía como objetivo permitir a los contribuyentes marroquíes cumplir con las autoridades fiscales. Al final del año que duró la operación, el 1 de enero de 2025 se declararon más de 100 mil millones de DH. Una cantidad récord que supera todas las expectativas, ya que el Estado marroquí se había fijado un objetivo de 5 mil millones de DH. En definitiva, los resultados de la amnistía fiscal de 2024 son veinte veces superiores a los de la edición de 2020.
La operación fue un gran éxito gracias al compromiso de los bancos marroquíes, que destacaron las ventajas de esta regularización para sus clientes, asegurándoles además la «discreción» de la operación que, según el gobierno marroquí, tiene como objetivo «luchar contra el fraude fiscal». ”. Los 100 mil millones de DH declarados se distribuyen de la siguiente manera: 60 mil millones en efectivo depositados en bancos y 40 mil millones en forma de adquisiciones inmobiliarias o aportaciones a las cuentas corrientes de los asociados. Esta cantidad representa una cuarta parte del efectivo en circulación en Marruecos, estimado por el banco central en unos 430 mil millones de dírhams.
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Los 100 mil millones de dírhams declarados se justifican por la acumulación de efectivo desde 2020, explican los expertos financieros entrevistados por El mundodestacando que estos fondos provienen de la ayuda financiera de la que se beneficiaron más de 4 millones de familias durante la pandemia de Covid-19. Según el economista Lhoucine Bilad, esta cantidad récord también se explica por la aplicación en 2021 de la contribución profesional única, que ha favorecido una elevada bancarización, inflación y el refuerzo de los controles fiscales.
Muchos internautas reaccionaron ante esta cantidad récord registrada por la amnistía fiscal de 2024, evocando el “capitalismo marroquí” y acusando a los marroquíes de acaparar en lugar de invertir. Para otros, esta operación ha revelado la magnitud del fraude fiscal en Marruecos y confirma, según el economista Mehdi Lahlou, que el pago de los impuestos, en particular «la inversión pública en escuelas y en salud», no está garantizado por el Estado.