El ministro francés de Asuntos Exteriores expresó públicamente sus “dudas” sobre la voluntad de Argel de respetar la hoja de ruta para las relaciones bilaterales, adoptada en agosto de 2022 durante la visita de Estado del presidente Emmanuel Macron a Argel. A este viaje le siguió, en octubre del mismo año, la llegada a Argelia de una delegación francesa encabezada por la ex Primera Ministra Élisabeth Borne.
«En 2022 (…) hemos elaborado una hoja de ruta (…), queremos que se pueda seguir», declaró ayer Jean-Noël Barrot en una entrevista concedida el domingo a los medios de comunicación franceses, extractos de que fueron publicados por Le Figaro. “Observamos posturas, decisiones por parte de las autoridades argelinas que nos permiten dudar de la intención de los argelinos de respetar esta hoja de ruta. Porque para mantener la hoja de ruta hacen falta dos”, lamentó.
Desde el reconocimiento, el 30 de julio, por parte de Francia del carácter marroquí del Sáhara Occidental, las relaciones entre París y Argel están al borde de la ruptura. El Presidente Tebboune respondió ordenando la retirada del embajador de Argelia acreditado en Francia. El arresto el 16 de noviembre del escritor franco-argelino Boualem Sansal tensó aún más el clima entre los dos países.
Desde entonces, las más altas autoridades francesas han exigido la liberación del escritor franco-argelino de 75 años. Solicitudes ignoradas, hasta ahora, por Argelia. En un discurso pronunciado ante ambas Cámaras del Parlamento el domingo 29 de diciembre de 2024, el presidente Abdelmadjid Tebboune incluso echó más leña al fuego, acusando a Sansal de ser un “impostor enviado por Francia”. Al día siguiente, fue el turno de Ahmed Attaf de presentar una acusación contra Francia y España por haber apoyado “la ocupación marroquí del Sáhara Occidental”.
