La liberalización de los precios del gas butano continúa en Marruecos, no sin preocupar a los hogares más vulnerables. Tras un primer aumento en mayo de 2024, que elevó el precio de una botella de 12 kg a 50 dírhams, se espera un nuevo aumento de 10 dírhams.
Mustapha Baitas, portavoz del gobierno, se mantuvo discreto sobre el calendario preciso de este aumento, indicando únicamente que el ejecutivo «se comunicará en el momento oportuno». Una respuesta que deja a las familias esperando, mientras el coste de vida sigue aumentando.
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Para el gobierno, esta reforma del sistema de compensación se ha vuelto imprescindible. El coste de las subvenciones, que asciende a 65 dírhams por botella, pesa mucho sobre el presupuesto estatal. Nadia Fettah, ministra de Economía y Finanzas, destacó que este sistema beneficia desproporcionadamente a sectores como la agricultura, que representa el 60% del consumo nacional. Por tanto, según ella, es necesario concentrar la ayuda en las personas que realmente la necesitan.
Argumentos que cuestan convencer. El aumento del precio del gas, incluso gradual, podría alterar el equilibrio presupuestario de muchos hogares, especialmente en las zonas rurales donde el gas sigue siendo esencial para cocinar y calentarse. Los hogares de bajos ingresos, que a menudo no tienen otras soluciones, corren el riesgo de pagar un alto precio.