Procesado por fraude, amenaza de divulgación de hechos comprometedores, acoso sexual, difamación y ejercicio ilegal de una actividad, el acusado fue condenado el viernes a dos años de prisión y a pagar una indemnización de 4.000 dírhams al denunciante. El tribunal decidió absolverlo de los cargos de incitación a la prostitución, difusión de imágenes íntimas de una persona sin su consentimiento y acoso sexual.
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El condenado fue detenido por la policía judicial de Tinghir tras las denuncias presentadas en su contra por las víctimas. Hizo creer a las mujeres que él podía resolver sus problemas. Una vez que aceptaron participar en sus sesiones de ruqya, les tomó fotografías en posiciones comprometedoras que luego utilizó para chantajearlos.