El 1 de enero de 1959 las tropas de Fidel Castro tomaron el poder en la isla de Cuba. Cuatro años después, el ejército cubano fue enviado en misión al extranjero. Más precisamente, fue enviada a Argelia para luchar contra las FAR durante la Guerra de las Arenas de octubre de 1963. «Es una novedad» en la historia de la isla, reconoce Castro en su libro «Mi vida: una autobiografía hablada».
En sus memorias, el líder retirado insistió en presentar el carácter espontáneo de la expedición militar cubana a Argelia. “Había cruzado el océano sin pedir permiso a nadie, ni siquiera a quienes nos habían suministrado armas”, afirma, en alusión así a la Unión Soviética.
Fueron los argelinos quienes pidieron ayuda.
Sin embargo, enviar soldados cubanos a enfrentar a las fuerzas marroquíes no fue un impulso. De esto es de lo que Castro evitó hablar. De hecho, la operación fue objeto de conversaciones entre el gobierno argelino y la embajada cubana. Además, fueron los argelinos quienes tomaron la iniciativa de pedir ayuda a Castro. Ante el avance de las Fuerzas Armadas Reales hacia la región de Tinduf, Abdelaziz Bouteflika (en ese momento Ministro de Asuntos Exteriores) fue el encargado de presentar una solicitud al embajador de Cuba en Argel. La solicitud fue inmediatamente aprobada por La Habana.
La ayuda cubana estuvo compuesta esencialmente por un batallón de tanques de 22 T-34 (en servicio desde 1940), un grupo de mortero de 18 piezas, obuses, artillería antiaérea y cerca de 700 hombres, entre ellos 26 oficiales. La misión cubana también incluyó a 28 médicos y 22 enfermeras. La ayuda de Castro fue valiosa, al igual que la ayuda egipcia (78 tanques y aviones) para las fuerzas de Ahmed Ben Bella.
Rabat rompe vínculos con La Habana pero respeta el contrato azucarero
Como respuesta, el reino decidió romper relaciones diplomáticas con Cuba el 31 de octubre de 1963, contexto aún vigente en la actualidad. Pero durante un tiempo el comercio entre ambas partes se mantuvo gracias al azúcar. Antes del inicio de la Guerra de la Arena, los marroquíes firmaron un contrato con los cubanos para la compra de un millón de toneladas de azúcar.
A pesar de las presiones de Washington sobre Rabat exigiendo la cancelación de la transacción, Marruecos cumplió sus compromisos. Por una vez, las razones económicas han prevalecido sobre los caprichos políticos. Hay que decir que el precio del azúcar cubano vendido a Marruecos era inferior a su precio en el mercado mundial.
Castro sobre el papel de Marruecos en la guerra de la arena. (Fidel Castro, Mi vida: una autobiografía hablada, 2006) pic.twitter.com/e0KUouGkMT
– Alejandro (@alexaubl) 25 de mayo de 2016