«No haré ningún comentario sobre cosas que no tienen ningún interés y que son muy anecdóticas», declaró el miércoles Emmanuel Macron a los periodistas que querían que la extrema derecha mantuviera su opinión sobre esta polémica. «No me interesan las anécdotas», insistió el presidente francés al final de su visita de Estado de tres días, prefiriendo insistir en el carácter «histórico» de su viaje a Rabat.
A Yassine Belattar, por su parte, le molesta que nos “centremos” en él. “Tengo una carrera de 20 años en Francia. Soy francés, soy marroquí, por lo que es un viaje en el que me siento físicamente legítimo en cualquier caso”, afirmó al margen de una recepción con la comunidad francesa en Marruecos. “Pero a partir de ahora tendremos que plantearle la pregunta a Marine Le Pen. Es decir, sería ilegítimo en territorio francés e ilegítimo en territorio marroquí. Entonces, si me encuentran un país que esté listo para recibirme…”, bromeó el comediante.
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Belattar aprovechó la ocasión para negar las acusaciones de proximidad al islamismo que se le imputan. “Lo que te puedo decir es que no lo soy y que este insulto pesa sobre mí desde hace años”. Y añadirá: “Usted ofende a nuestros servicios policiales, ¿realmente cree que dejaríamos subir a un avión a alguien que está directa o indirectamente afiliado a este tipo de herejía que es el islamismo o cualquier extremismo? »
“Tengo profundos desacuerdos con las personas con las que subí al avión. Pero la verdad es que me fue tan bien que vi a Retailleau comiendo cuscús. Entonces, la gente cambia”, añadió Belattar, antes de concluir: “Yo mismo tengo a menudo palabras muy duras contra Retailleau. Ya sabes, para nuestro país trascendemos ciertas pequeñas disputas mediáticas. »