Cómo el Mossad ayudó a Marruecos a asesinar a Ben Barka
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Cómo el Mossad ayudó a Marruecos a asesinar a Ben Barka


El diario israelí Yediot Ahronot publicó en 2015 nueva información sobre el papel desempeñado por el Mossad en el asesinato de Mehdi Ben Barka. Del testimonio del jefe de contraespionaje, Meit Amir, se desprende que el entonces jefe de gobierno, Levi Eshkol, no estaba muy entusiasmado con la idea de ayudar al régimen marroquí a deshacerse del famoso opositor.

Los dos hombres habían acordado dejar que las cosas se prolongaran lo más posible hasta que la parte marroquí tirara la toalla. Pero esto sin tener en cuenta la insistencia de Mohamed Oufkir y Ahmed Dlimi, que exigieron un compromiso claro y claro del Mossad en toda la operación y esto como agradecimiento por los servicios prestados por el reino a Israel, durante la famosa guerra árabe. Reunión de la Liga de septiembre de 1965 en Casablanca.

Localizar a Ben Barka en Ginebra

A pesar de la desconfianza expresada por Eshkol, los israelíes no estaban en condiciones de perder un «aliado» en el mundo árabe y aceptaron a regañadientes, según Amir, ayudar a los servicios marroquíes, en un principio justo a tiempo para localizar a Mehdi Ben Barka en Europa. Una misión previamente confiada a los hombres de Oufkir y Dlimi pero sin verdadero éxito. Y era bastante natural que llamaran a la puerta del Mossad.

Gracias a una suscripción del opositor a la revista británica «The Jewish Observer», los israelíes consiguieron en Ginebra un apartado de correos donde el ex presidente del Parlamento recibía periódicos internacionales. Los agentes del Mossad dieron entonces la dirección al tándem Dlimi-Oufkir. Los marroquíes sólo tenían que vigilar el lugar y esperar la llegada de Ben Barka.

Los marroquíes exigieron más al Mossad

Una vez realizado este primer paso, la parte marroquí quería acelerar la ejecución de la operación. El 25 de octubre de 1965, cuatro días antes del asesinato de Ben Barka, Meit Amir, viajó a Rabat. Ahmed Dlimi aprovechó la ocasión para presentarle una lista de solicitudes: matrículas falsas en París, coches y pasaportes falsos. Un periodista francés que trabajaba para los marroquíes logró convencer a Mehdi Ben Barka de reunirse con él el 29 de octubre de 1965 en la brasserie Lipp de París.

A pocos metros del lugar de la reunión, dos falsos policías franceses a sueldo de Dlimi y Oufkir detuvieron al opositor y lo llevaron a un apartamento. Pero después de dos días de torturas e interrogatorios, Ben Barka murió. La sección del Mossad en París tuvo entonces que ayudar a los hombres de Dlimi a hacer desaparecer el cuerpo. Habrían enterrado el cadáver -o al menos lo que quedaba de él- en un bosque. Tres años después del asesinato, los franceses construyeron una carretera en el mismo lugar, afirma el diario israelí, pero sin lograr localizar ningún rastro del cadáver de Ben Barka.





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