La Unión Europea quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% y alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050. Para ello, ha puesto en marcha el plan Fit For 55 que impone tres medidas al sector energético de la aviación: la limitación de los derechos de emisión de CO₂, el uso de combustibles verdes por al menos el 70% de los aviones que vuelan en la UE, y un impuesto sobre el queroseno de 7,53 euros/gigajulio. Si bien las dos primeras medidas ya han sido aprobadas, la tercera aún está en estudio, retransmite El debateañadiendo que las aerolíneas advierten contra la adopción de esta última medida.
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“Deloitte calcula que si se impusiera este impuesto, España perdería 4,5 millones de turistas internacionales en 2030. Esto supondría una caída del PIB y una pérdida de empleo”, explicó Javier Gándara, presidente de la Asociación de Empresas del Ejército del Aire (ALA). , durante una conferencia de prensa. Y continúa: “La mayoría de estos turistas elegirían ir a otros países competidores fuera de la Unión Europea, como Egipto, Turquía o Marruecos. Perderíamos pasajeros y no sería posible reducir la huella de carbono”.
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El presidente de la ALA cree que la transición ecológica de la aviación debe realizarse teniendo en cuenta todos los aspectos: ambiental, social y económico. “Apostamos por la descarbonización de la aviación, pero hay que hacerlo manteniendo su democratización, para que siga siendo accesible y asequible para todos”, insistió Gándara, invitando al Gobierno español a impulsar la producción de combustible de aviación sostenible (SAF). ) y votar en contra del impuesto sobre el queroseno.