Los propietarios de hammams y baños públicos en la capital económica del reino están enfadados. Expresan su hartazgo por la medida adoptada en los últimos meses por las autoridades locales de obligarles a cerrar tres días a la semana para racionar el agua. Indignados por esta situación que les causa daño, piden que se levante esta decisión que había sido suspendida durante el mes de Ramadán.
Los profesionales del sector piden un diálogo con las autoridades locales, subrayando que estas restricciones tienen un impacto negativo en los precios aplicados. Durante una manifestación reportada por Al-Akhbarpidieron a las autoridades que les permitan reabrir todos los días, especialmente después de las recientes lluvias que ayudaron a llenar las presas.
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Se aseguran de que no sean los clientes del hammam los que desperdicien el agua. “El agua de las duchas domésticas procede de agua potable y, por tanto, de agua de embalse. Los establecimientos de baño públicos dependen en gran medida del agua de los pozos”, explica el periódico.
Wali Mohamed Mhidia había ordenado el cierre parcial de los hammams y de las estaciones de lavado de coches en Casablanca el lunes, martes y miércoles. En una respuesta escrita, el ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, explicó que el cierre de los hammams debería realizarse durante períodos específicos del año para combatir el estrés hídrico.
