En su informe anual al Consejo de Seguridad sobre el Sáhara marroquí, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recordó la comunicación emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino el 25 de julio, en la que expresó su “enérgica denuncia” tras La decisión de Francia de apoyar la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara, que la parte argelina calificó de «inesperada, infructuosa e inútil».
El secretario general de las Naciones Unidas destacó que el Ministerio argelino también había anunciado la retirada de su embajador en Francia, en respuesta a la decisión francesa de apoyar el plan de autonomía de Marruecos en sus provincias del sur.
Guterres también indicó la participación de Argelia, al igual que otras partes interesadas, en las consultas bilaterales celebradas por su enviado personal en el Sáhara marroquí, que tuvieron lugar entre febrero y abril de 2024.
Destacó las múltiples visitas realizadas por el Enviado Personal a Argel y sus encuentros con el Ministro de Asuntos Exteriores y funcionarios argelinos, como parte activa y directa en el diferendo sobre el Sáhara marroquí.
El Secretario General de las Naciones Unidas señaló que las difíciles circunstancias imponen más que nunca la urgencia de resolver este conflicto. Para ello, insta a Argelia a participar de buena fe y con un espíritu de apertura en el proceso político bajo los auspicios de su Enviado Personal, con la perspectiva de alcanzar una solución política, realista, práctica, duradera y consensuada, de conformidad con las prácticas establecidas por las resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2018, con la participación de las cuatro partes interesadas en mesas redondas.
Guterres también pide a Argelia que se centre en los intereses comunes, se abstenga de contribuir al agravamiento de la situación mediante retórica y acciones unilaterales continuas y demuestre la voluntad política de resolver este conflicto que ha fabricado.
El Secretario General de las Naciones Unidas repasó las flagrantes paradojas de Argelia, que no se limita a desconocer sus responsabilidades históricas en este conflicto, sino que también intenta en vano esconderse detrás del estatus llamado de “observador”, reiterando al Personal Enviado al Sáhara marroquí su «continua atención a la búsqueda de una solución a este conflicto».
El Secretario General de las Naciones Unidas también se refirió al papel decisivo desempeñado por los países vecinos en la resolución de este conflicto regional, y la importancia de la fuerte voluntad política y el apoyo continuo de la comunidad internacional en este sentido.
En conclusión, el Secretario General de las Naciones Unidas plantea a Argelia una elección difícil: o unirse a un enfoque pacífico y constructivo que respete el principio de buena vecindad y la solución pacífica de los conflictos, o seguir la fallida agenda del “Polisario”.