En el aeropuerto de Fez-Saïss, los agentes de aduanas, durante un control rutinario, descubrieron una botella entre las pertenencias de un pasajero español de origen marroquí procedente de Barcelona y la incautaron para analizar su contenido. La investigación preliminar revela que se trata de las cenizas de los restos de su padre, fallecido hace dos semanas, informa asaba. Una vez incinerado el cuerpo, la niña trajo las cenizas a Marruecos para enterrarlas en la región de donde provenía. Pero ignora que «las consecuencias jurídicas que su iniciativa podría acarrearle, ya que el transporte al Reino de Marruecos de las cenizas de personas fallecidas procedentes del extranjero es objeto de [dispositions spécifiées dans la] legislación y normas muy estrictas”, informa el diario.
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El MRE fue entregado a los servicios policiales para el seguimiento que se le dará a la investigación de su caso. Los investigadores buscarán determinar las razones que justifican el hecho de que ella no solicitó autorización a las autoridades para traer de vuelta estas cenizas, como lo prevén las leyes vigentes. ¿La llevarán ante un juez o la reprenderán antes de que pueda recoger las cenizas de su padre? Sólo la investigación en curso podrá localizar al pasajero.
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No es la primera vez que se produce un descubrimiento de este tipo en los aeropuertos marroquíes. En 2018, una mujer marroquí y las cenizas de una persona fallecida fueron encontradas entre las pertenencias de una mujer marroquí residente en Alemania. La investigación sobre este hallazgo determinó que se trataba de los restos de su padre, cuyos restos habían sido cremados. La pasajera había decidido llevarlos a Marruecos para que sus familiares pudieran organizar el funeral.