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¿Dividir el Sáhara marroquí no es una solución al conflicto, sino una escalada de militarización? Escrito por // Abdo Haqqi


La reciente propuesta presentada por el enviado de Naciones Unidas al Sáhara marroquí, Staffan de Mistura, que propone dividir la región entre Marruecos y el Frente Polisario, tendrá graves consecuencias para la estabilidad de la región norteafricana.

El plan de De Mistura incluye anexar la parte norte de la región en disputa a Marruecos y, por otro lado, permitir que el Frente Polisario establezca un estado independiente en el sur, con fronteras comunes tanto con Marruecos como con Mauritania. Esta propuesta altamente controvertida plantearía numerosos riesgos para la dinámica política, económica y de seguridad del norte de África.

Es probable que el Reino de Marruecos, que disfruta de un creciente apoyo internacional a su propuesta de autonomía de 2007, rechace esta inútil división. Este plan proporciona una mayor autonomía al pueblo saharaui bajo soberanía marroquí.

Marruecos ha sostenido constantemente que su propuesta de autonomía es la única solución viable, y muchos países como Estados Unidos, Francia y los Emiratos Árabes Unidos han apoyado esta posición. El reciente respaldo de Francia ha fortalecido la posición de Rabat, ya que sus intereses diplomáticos, económicos y de seguridad se alinean con los reclamos legítimos e históricos de Marruecos sobre el Sáhara marroquí.

La división propuesta por De Mistura entra en conflicto con estos esfuerzos, haciendo que el rechazo de Marruecos sea lógico e inevitable.

Mientras que Argelia, padre político e ideológico del Polisario, ve la división propuesta como una oportunidad para afirmar su influencia regional. Al apoyar la creación de un Estado saharaui, Argelia podría cumplir su ambición de larga data de llegar al Océano Atlántico, creando un corredor geopolítico que podría fortalecer su posición económica y estratégica en la región. Pero las ambiciones de Argelia exacerbarían las tensiones existentes con Marruecos y profundizarían la vieja rivalidad entre los dos países vecinos hermanos.

Esto podría conducir a una mayor militarización a lo largo de sus fronteras y a una desestabilización más amplia en el norte de África. La división también puede inspirar movimientos separatistas en otras partes de la región, amenazando la integridad territorial de otros países, incluida Mauritania e incluso Libia, que ya sufre divisiones internas.

Quizás el aspecto más preocupante de la propuesta de Mistura es el potencial de que el estado saharaui del sur se convierta en un foco de inestabilidad. El Frente Polisario ha estado vinculado durante mucho tiempo a redes ilícitas en la región, y la creación de un Estado emergente débil podría proporcionar un terreno fértil para organizaciones terroristas como Al-Qaeda en el Magreb Islámico o el Estado Islámico en el Gran Sahara. En ausencia de instituciones estatales fuertes, una región así podría caer fácilmente en manos de grupos extremistas, convirtiéndose en una plataforma de lanzamiento de ataques en todo el Sahel y el norte de África.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación de que la partición propuesta crearía más desafíos de seguridad de los que resuelve. La división del Sahara podría provocar un aumento del contrabando transfronterizo, el contrabando de armas y la trata de personas. La participación de grupos terroristas no sólo amenazaría a Marruecos y Argelia, sino que podría tener efectos indirectos en toda Europa y el Mediterráneo, aumentando la inestabilidad en regiones que ya son sensibles a las crisis migratorias y la actividad yihadista.

La propuesta de De Mistura de dividir el Sáhara marroquí entre Marruecos y el Frente Polisario plantea grandes desafíos a la estabilidad del norte de África. El rechazo lógico y legítimo del plan por parte de Marruecos, junto con el apoyo de Argelia al Frente Polisario, amenaza sin duda con exacerbar las tensiones existentes entre las dos potencias regionales.

Además, la creación de un Estado saharaui frágil plantea serias preocupaciones de seguridad, ya que podría convertirse en un refugio para grupos terroristas. Mientras los actores internacionales continúan apoyando la propuesta marroquí de autonomía, parece que esta propuesta de partición inevitablemente fracasará, pero las repercusiones de incluso proponerla pueden conducir a una mayor desestabilización de la región en los años venideros.

Abdo Haqqi



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