Ante el status quo observado desde hace tres años en el proceso de solución de este conflicto, Staffan de Mistura expresó su decepción ante el Consejo de Seguridad. En un ejercicio de «evaluación franca» de la situación, el enviado especial de la ONU expresó el «nivel de frustración y desesperación» de los saharauis, que constató durante su visita a principios de octubre a los campamentos de Tinduf en Argelia), las intenciones bélicas de el Polisario desde su anuncio de la ruptura del alto el fuego en noviembre de 2020, y la persistente “hostilidad” entre Rabat y Argel.
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«Debemos avanzar de manera constructiva y urgente en el proceso político», afirmó el diplomático italo-sueco durante su discurso, deplorando la falta de «creatividad» y «mentalidad abierta» de las partes en conflicto para acordar una solución mutuamente aceptable. . Para mover las líneas, De Mistura dijo que propuso a las partes afectadas por el conflicto del Sahara la idea de «compartir el territorio» de la siguiente manera: el norte con Marruecos y el sur con el Polisario, teniendo en cuenta los «límites del conflicto». porción controlada por Mauritania” entre 1976 y 1979.
A diferencia de algunos países de la región y de fuera de ella que han expresado «un cierto interés por esta posibilidad», Marruecos y el Polisario no han demostrado «la voluntad de explorar» esta vía, lamentó el diplomático de la ONU. Estas palabras reflejan la «desesperación» de De Mistura y revelan su «intento de presionar a los partidos», analizado por Prensa EuropaIrene Fernández-Molina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter y especialista en el Magreb, recordó que esta opción de compartir ya había sido mencionada en 2002 por el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, y su corresponsal especial, James Baker.
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Para Isaías Barreñada, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, no es «realista» a estas alturas reconsiderar una opción que ya había sido descartada. Aceptar esta solución equivaldría a aceptar la «ocupación ilegal» del Sáhara por parte de Marruecos, añadió Barreñada, subrayando que, en caso de que este reparto fuera efectivo, la ciudad de Dajla se encontraría en la parte del Sáhara controlada por el Polisario. Sin embargo, Marruecos se prepara a invertir cerca de 1.200 millones de euros para la construcción del nuevo puerto de la ciudad, que será una puerta al Atlántico para los países del Sahel.
«Dudo que desde el punto de vista del interés económico, Marruecos ceda», subrayó Fernández-Molina, señalando que el reino concede más intereses a Dajla que a El Aaiún. Barreñada, por su parte, llamó la atención sobre las consecuencias de esta opción, recordando que la partición de Palestina provocó más problemas de los que resolvió. La escalada del conflicto en Gaza nos lleva a reconocer que fue “un gran error” dividir este territorio en lugar de descolonizarlo, afirmó.