El 17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de diciembre de 1992. Este año, la ONU ha colocado esta conmemoración bajo el lema de “Poner fin al maltrato social e institucional. En esta ocasión, varias organizaciones de la sociedad civil de Marruecos pidieron una lucha más eficaz contra esta lacra, que tiende a feminizarse más con la caída del empleo entre las mujeres, a pesar de que tienen cada vez más formación.
Abogando “por la protección social y el trabajo decente”, la Asociación Democrática de Mujeres Marroquíes (ADFM) cree que a pesar de los esfuerzos de la ONU para combatir la pobreza como “pieza central de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS) desde 2015, “todos los indicadores” muestran una creciente curva. En Marruecos, que también adhiere a la consecución de los ODS, las políticas públicas en este ámbito han mostrado sus límites. Según la ADFM, “el número de personas en situación de pobreza registró un aumento significativo, de 623.000 en 2019 a 1,42 millones en 2022”.
En un comunicado de prensa enviado a Yabiladi con motivo de este Día Mundial, la ONG advierte también de que «las disparidades sociales están aumentando debido a la inflación y están repercutiendo en la progresión de la pobreza y la vulnerabilidad socioeconómica de las mujeres». “Esto se confirma, por un lado, en el índice de brecha de género, donde Marruecos ocupa actualmente el puesto 137 sobre 146, y, por otro lado, por el Alto Comisionado para la Planificación (HCP), que anuncia que el porcentaje de mujeres inactivas aumentó de 7 millones en 2020 a 11,19 millones en 2022”, recuerda la ADFM.
Un fenómeno que se acentúa al agravar las vulnerabilidades
Para la organización feminista, «la pobreza constituye un gran ataque a la dignidad humana y a los derechos fundamentales», por lo que el Día Internacional es «una oportunidad para recordar los compromisos de Marruecos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales». Derechos Humanos y otros pactos y convenios internacionales, así como en los importantes compromisos contenidos en el Programa de Gobierno 2021-2026”.
En este sentido, la ADFM llama al Gobierno a cumplir su compromiso de «elevar la tasa de actividad de las mujeres a más del 30% en lugar del 20% actual», además de implementar el Nuevo Modelo de Desarrollo, «en el aumento de la porcentaje de mujeres trabajadoras al 45% como objetivo estratégico para 2035. También recomienda “extender la protección social a todas las mujeres urbanas y rurales”, además de “generalizar la cobertura social de manera inclusiva y equitativa a todas las categorías de trabajadores, incluido el trabajo de cuidados que realizan muchas mujeres para el bienestar, la salud y educación de los niños, cuidado de las personas mayores, etc.
En esta dinámica, el desarrollo social sigue siendo la columna vertebral de una lucha eficaz contra la pobreza, «sobre la base de una revisión de la distribución de la riqueza productiva, una mejora general de los ingresos, la reducción del desempleo, la universalización y la mejora de los servicios públicos, así como como la eliminación de la corrupción a través del principio de no impunidad”, insiste la ADFM. Como tal, pide en particular “garantizar a todos los ciudadanos un trabajo decente y un espacio de trabajo libre de toda forma de violencia”, ratificando el Convenio 190 y la Recomendación 206 “para poner fin a la violencia y el acoso por motivos de género en el mundo del trabajo”. .
La lucha contra la pobreza requiere la lucha contra la corrupción
Al señalar también la acentuada pobreza en el país, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) cree que la privatización de sectores vitales como la salud, la educación, el transporte público y otros servicios sociales agrava el fenómeno, especialmente a nivel territorial. «Las políticas económicas y sociales seguidas hasta ahora siguen siendo rentistas y más bien mantienen los equilibrios macroeconómicos», lo que «amplía la brecha entre las disparidades geográficas y las basadas en el género», en particular a través de la dimensión del empleo. En un comunicado de prensa con motivo de esta Jornada Mundial, la ONG deplora “la ampliación del círculo de pobreza y vulnerabilidad”.
En este sentido, la AMDH dice compartir la opinión del Relator Especial sobre la cuestión de la extrema pobreza y los derechos humanos, según la cual “la pobreza es una cuestión de elección política” y que “no puede erradicarse sólo revisando la percepción de su relación con el crecimiento, abordando al mismo tiempo la cuestión de las disparidades a través del principio de redistribución de la riqueza, la promoción de la justicia fiscal, la implementación de una protección social integral, todo ello colocando el papel del gobierno en el centro del proceso, con una gobernanza participativa.
En este sentido, la asociación subraya que «eliminar la pobreza y la vulnerabilidad luchando contra sus causas profundas es posible, a través de la erradicación de la corrupción y la consagración de un sistema democrático», garante de políticas, económicas, sociales, culturales y ambientales que creen «favorables». condiciones para el desarrollo sostenible”.