Ante la constante superioridad diplomática lograda por Marruecos en los últimos años, especialmente en la escena africana y árabe, especialmente en lo que respecta a la cuestión del Sáhara marroquí, Argelia vuelve a dar un paso al anunciar una cumbre tripartita que reunirá a Libia y Túnez, que se celebró como un intento desesperado del presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, que lo pidió tras recibir al jefe del Consejo Presidencial libio, Mohamed Al-Manfi, en un paso fallido con el que intentó presionarse para devolver a Argelia al foco regional. .
La cumbre prevista entre Argelia, Libia y Túnez se produce en un momento en el que Marruecos refuerza su papel como fuerza diplomática de primer nivel en la región, tras lograr importantes victorias políticas y diplomáticas, especialmente en lo que respecta a la cuestión del Sáhara marroquí. y el creciente reconocimiento internacional de su soberanía sobre las provincias del sur. Es de destacar que estas medidas argelinas se producen sin una invitación a Marruecos, considerado un país fundamental en el norte de África y el Mediterráneo, lo que indica un intento de marginar su papel y excluir su poder de cualquier nueva alianza regional.
Argelia, que vive bajo presión interna y externa, ha adoptado durante años una política exterior que se basa en maniobras regionales para desviar la atención de sus fracasos internos, y la cumbre propuesta no es una excepción a esta regla, ya que algunos partidos la consideran un intento fortalecer la legitimidad del régimen militar argelino ante los ojos del pueblo, a través de… Mostrar a Argelia como una fuerza diplomática capaz de formar ejes regionales.
La exclusión de Mauritania de la adhesión a esta cumbre, con el pretexto de no querer “confundir a la Unión del Magreb Árabe”, señaló con el dedo de una franca acusación las intenciones de su vecino oriental y el alcance de la eficacia de esta cumbre para aportar soluciones reales. a los problemas de la región La exclusión de Marruecos de cualquier consulta o cooperación regional no sólo refleja… los intentos de Argelia de marginar su papel, sino que confirma la profunda brecha en las percepciones políticas entre los países del Magreb y la política de creación. un conflicto geopolítico que el régimen de Cabranate lidera obstinadamente a pesar de la mano tendida por la parte marroquí.
A pesar de estas medidas, la superioridad diplomática de Marruecos, respaldada por fuertes asociaciones estratégicas con países africanos y grandes potencias, sigue siendo una fuente de preocupación para Argelia, y no hay duda de que estas maniobras argelinas, a pesar de su recurrencia, seguirán siendo ineficaces a menos que reconozcan que la estabilidad y el desarrollo en la región no pueden lograrse únicamente mediante una cooperación integral y transparente entre todos los países de la región, liderada por el Reino de Marruecos, líder de esta etapa y de todas las anteriores a lo largo del tiempo.
En última instancia, los intentos de Argelia de influir en el curso de los acontecimientos regionales seguirán sin lograr resultados tangibles, a menos que lea las transformaciones geopolíticas con realismo y se dé cuenta de que excluir a Marruecos sólo exacerbará las tensiones regionales, sin proporcionar soluciones reales a las crisis en la región. está experimentando, y tanto Libia como Túnez lo entenderán, este asunto empezó a quedar claro para todos los países del continente africano cuando ya era demasiado tarde.