Los delincuentes se hicieron pasar por conductores y atacaron a sus víctimas a través de la aplicación, llevándolas a zonas aisladas de la ciudad después del anochecer.
Una vez allí, las víctimas fueron amenazadas con un cuchillo y despojadas de sus pertenencias de valor, como dinero en efectivo y teléfonos celulares. Además del robo, varias víctimas también sufrieron violencia física, en ocasiones muy grave.
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Tras el aumento de las denuncias, la policía lanzó una importante operación que acabó con la detención de dos personas. Uno de ellos fue detenido en flagrante delito, conduciendo el vehículo utilizado en los atentados.
La investigación continúa para determinar el alcance de las actividades delictivas de este grupo e identificar a posibles cómplices.
