La observación es asombrosa. «Barrios enteros se están desmoronando bajo los residuos», señala Al-Akhbar. Uno de ellos es Béni Ouryaghel. Se ha convertido en un cubo de basura abierto. En el origen de esta situación, el cambio de planificación de las empresas encargadas del saneamiento. Estos ahora están limitados a una única colección diaria. Sin embargo, estaban acostumbrados a realizar varias rotaciones en zonas de alta densidad. A pesar de la suma de 304 millones de dírhams liberados al año para la gestión de los residuos generados por los habitantes de Tánger, el ayuntamiento lucha por obtener los resultados esperados. Una situación denunciada por funcionarios electos y asesores.
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“Cada vez que estalla un escándalo de este tipo, en lugar de abordar este tipo de problemas desde la raíz, las empresas delegadas se contentan con adoptar pequeñas medidas, como el alquiler de equipos adicionales o el uso de mano de obra temporal. , es el momento de gestionar este momento de crisis puntual”, comenta el diario de habla árabe. La observación es recurrente. Incluso durante el Eid Al-Adha, las empresas delegadas responsables del saneamiento, Mecomar y Arma, propiedad de Youssef Ahizoune, hijo de Abdeslam Ahizoune, jefe de Maroc Telecom, brillaron por su incompetencia.
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Mientras Marruecos se prepara para albergar importantes eventos deportivos, incluida la Copa Africana de Naciones en 2025 y la Copa del Mundo de 2030, que coorganizará junto con España y Portugal, es urgente implementar sistemas adecuados de gestión de residuos para hacer frente a las montañas de basura.