En los últimos años, el panorama económico nacional ha estado marcado por un aumento significativo de la densidad empresarial. En su informe que analiza el sector privado y la dinámica de la productividad de estas unidades en Marruecos, el Banco Mundial explica esta tendencia por “la elevada tasa de entrada y el dinamismo de la creación de empresas, combinados con una tasa de salida de jure excepcionalmente baja.
Al explicar la evolución de la densidad de las empresas formales, la institución financiera indica que la tasa de supervivencia de las empresas después de cinco años se estima en 53%, mientras que la tasa de salida oficial de las empresas dadas de baja es sólo del 1,2%. Basándose en datos del Observatorio de las Muy Pequeñas, Pequeñas y Medianas Empresas (OMTPME), también señala que la tasa de salida de facto (empresas inactivas durante al menos dos años sin cerrar oficialmente) es anormalmente alta (7,3%).
Los resultados también sugieren que, aunque los empresarios marroquíes “no se enfrentan a restricciones excesivas a la hora de crear una nueva empresa a nivel administrativo”, siguen dudando en proceder a un cierre formal y optan por “dejar empresas inactivas”, en particular debido a procedimientos de quiebra y liquidación”.
La mayoría de las empresas formales en Marruecos son microempresas.
Además, la nota señala que la mayoría de las empresas formales en Marruecos son microempresas, con 10 empleados o menos y que contribuyen a casi el 86% del empleo nacional. Esta cifra es significativa en comparación con el promedio del 35% en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Aunque estas pequeñas empresas contribuyen sustancialmente al empleo, su crecimiento es más lento que el de las organizaciones más grandes. «El tamaño medio de todas las empresas que llevan menos de 10 años funcionando es de menos de 10 empleados, y el tamaño medio de las empresas maduras (las que llevan más de 10 años funcionando) es de sólo 26 empleados», señaló el Banco Mundial.
Además, el documento destaca la baja densidad de empresas de alto crecimiento (EFC) en Marruecos, que, sin embargo, son esenciales para la creación de empleo y el crecimiento económico. Esta situación acentúa la insuficiente creación de empleo y “la débil aparición de nuevas grandes empresas”. El desafío de crear nuevas empresas de alto crecimiento se debe en parte a la dinámica del sector y al entorno económico más amplio.
Productividad, empleo y crecimiento
Además, el Banco Mundial destaca que la productividad del sector privado formal en Marruecos es inferior a lo esperado, particularmente “en comparación con la de la economía en general”. Se cree que intervienen varios factores, como la formalización de las microempresas y el desempeño general del sector.
En este caso, la nota subraya que Marruecos se beneficiaría más si mantuviera las ganancias de productividad en el sector privado, como parte de su estrategia general de crecimiento económico. También evalúa el sector privado formal no agrícola y observa un cambio hacia los servicios entre 2016 y 2019.
Esta tendencia ha contribuido positivamente al crecimiento de la productividad laboral. Sin embargo, antes de la crisis sanitaria de 2020, la fuerza laboral se desplazó hacia empresas menos productivas, lo que indica ineficiencias en la asignación de recursos. Si bien la productividad media de las empresas formales marroquíes ha aumentado, estas ineficiencias han compensado parcialmente las ganancias, subraya el documento.
Además, la dinámica del ciclo de vida de las empresas marroquíes sugiere distorsiones del mercado, ya que las empresas más antiguas son más grandes pero menos productivas que las más jóvenes. Las ineficiencias en la asignación de recursos parecen más pronunciadas en el sector industrial que en los servicios, donde la reasignación de mano de obra a empresas más productivas ha contribuido al crecimiento de la productividad.
Recomendaciones del Banco Mundial
La nota del Banco Mundial hace recomendaciones destinadas a mejorar el desempeño del sector privado nacional. Sugiere fortalecer las condiciones favorables al crecimiento de todas las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYME).
Para ello, las empresas deben tener un mayor acceso a los recursos necesarios, garantizando al mismo tiempo que la productividad se vea recompensada por una competencia sana. Además, revisar los incentivos basados en el tamaño, como los regímenes fiscales y las políticas laborales, podría evitar que las empresas sigan siendo pequeñas o informales, abordando así las ineficiencias del mercado.
Otra recomendación clave es facilitar la salida de negocios inactivos, para evitar ineficiencias económicas causadas por unidades que cesen operaciones sin haber cerrado oficialmente. Los procedimientos simplificados de quiebra y cierre de empresas aliviarían la carga de los empresarios.
Aunque Marruecos se ha centrado tradicionalmente en la manufactura, el sector de servicios sigue siendo el principal impulsor del crecimiento de la productividad. Al aprovechar la tecnología y la conectividad, el país puede aprovechar el potencial de este sector para crear empleos e impulsar aún más su crecimiento.