La empresa, conocida por sus 89 hectáreas de invernaderos en Hoogstraten (provincia de Amberes), acaba de inaugurar un invernadero de 12,8 hectáreas en Marruecos, en la región de Agadir. Una novedad para una empresa flamenca, aunque el sector ya estableció asociaciones con el Reino durante la crisis energética de 2020-2021.
«Todavía vemos oportunidades de crecimiento en el mercado», afirma Loes van der Velden, director de ventas y marketing de Den Berk Délice en Vilt.be. El objetivo no es sustituir la producción marroquí por la producción belga, sino complementarla. Mientras que Den Berk Délice seguirá especializándose en variedades premium cultivadas con iluminación artificial en Bélgica, el invernadero marroquí se dedicará a la producción de tomates cherry rojos a granel. «Nuestra producción en Marruecos nos permite cultivar tomates deliciosos en invierno a precios de mercado», dice Loes van der Velden.
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El invernadero marroquí, “distinto de los de nuestro país”, está cubierto con una lona y equipado con redes antiinsectos. Tom Beyers, director cultural, visita periódicamente el lugar para formar al equipo local y garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad de Den Berk Délice.
Esta implantación en Marruecos se enmarca en una búsqueda de soluciones a los retos que enfrenta la producción de tomate en Flandes. Los altos costes de la energía y las incertidumbres políticas sobre el uso de combustibles fósiles alientan a los productores a explorar nuevas vías, como confirma Lu Adriaensen, miembro de la junta directiva de la cooperativa Hoogstraten y productor de invernaderos.
Si BelOrta, cooperativa de venta de verduras y frutas, prefiere “centrarse en lo local” sin comentar la competencia marroquí, las cooperativas belgas reconocen la competitividad de los tomates marroquíes, en particular de las variedades más caras que absorben mejor los costes de transporte.
Den Berk Délice confirma este análisis y excluye la producción de tomates en rama en Marruecos. “El cultivo de tomates uva requiere una gestión precisa del clima del invernadero. Para ello, nuestros invernaderos cerrados son ideales, pero los invernaderos más abiertos del sur de Europa y Marruecos no lo son”, concluye Loes van der Velden.