Mohamed Bashir Al-Rashidi, jefe de la Comisión Nacional para la Integridad, la Prevención y la Lucha contra el Soborno, reveló que Marruecos no ha experimentado una mejora significativa en el índice de percepción de la corrupción en las últimas dos décadas, ya que su clasificación sólo subió un punto, mientras que Continuó disminuyendo en otros indicadores relacionados con la lucha contra la corrupción. Al-Rashidi señaló que más del 20% de las empresas marroquíes han estado expuestas a formas de corrupción, considerando que el impacto de los esfuerzos anticorrupción sobre la situación general es todavía limitado.
Así lo afirmó durante una rueda de prensa celebrada por la Comisión ayer, martes 8 de octubre de 2024, en Rabat, para presentar su informe anual para el año 2023, donde Al-Rachdi explicó que “Marruecos no ha logrado avances significativos en los indicadores de lucha contra la corrupción. en los últimos veinte años”, señalando que el país sólo ha logrado un punto en el índice de percepción de la corrupción, lo que contradice las aspiraciones populares, añadiendo que otros indicadores como la independencia del poder judicial, la libertad de prensa y los servicios electrónicos públicos contribuyeron. al mismo resultado negativo.
El jefe de la Comisión Nacional para la Integridad, la Prevención y la Lucha contra el Soborno indicó que la estrategia nacional anticorrupción tenía como objetivo mejorar en 23 puntos la clasificación de Marruecos en el índice de percepción de la corrupción, pero Marruecos sólo logró un punto, elevando su clasificación a 38 puntos. Subrayó que la Autoridad considera que la estrategia no logró los objetivos deseados en varios ámbitos, señalando la presencia de «deficiencias fundamentales» relacionadas con una implementación sectorial dispar y la falta de integración de los proyectos.
A pesar de estas críticas, Al-Rashidi indicó una respuesta relativa de algunas partes a las propuestas de la Autoridad, especialmente en lo que respecta a las leyes de redeclaración obligatoria de propiedad, conflictos de intereses y protección de los denunciantes de corrupción, destacando la disposición de la Autoridad a cooperar y reformular algunas propuestas para afrontar las dificultades.
En cuanto a la corrupción en el sector privado, Al-Rashidi reveló que el 68% de las empresas marroquíes cree que la corrupción está generalizada, y el 23% de las empresas confirma que han estado expuestas a actos de corrupción. Sin embargo, señaló que las tasas de denuncia de estas prácticas siguen siendo débiles debido a preocupaciones relacionadas con la efectividad de las medidas tomadas y al temor a represalias.
Al concluir su discurso, Al-Rashidi subrayó que la corrupción representa una importante carga económica para Marruecos, ya que le cuesta entre el 3,5% y el 6% de su producto interior bruto, lo que equivale a unos 50 mil millones de dírhams anuales, cifras preocupantes que afectan el crecimiento económico. Sin embargo, indicó que la Comisión está trabajando para reforzar sus capacidades para ser más eficaz a la hora de luchar contra la corrupción, subrayando que Marruecos tiene ahora las bases necesarias para pasar a una fase más seria en la lucha contra esta lacra.