En una medida que desató una amplia controversia en la escena política tunecina, cayó el telón de una acalorada carrera electoral, en medio de duras críticas a las políticas del presidente Kais Saied, cuyos oponentes lo acusan de establecer una “nueva dictadura”, limitar las libertades y socavando la democracia. A pesar de estas críticas, se anunció que había ganado un segundo mandato presidencial, con un 90,7 por ciento, fortaleciendo su control del poder en el país.
Esta victoria se produjo en una “atmósfera cargada”, ya que muchos políticos y activistas acusan al presidente Saied de ser unilateral en la toma de decisiones desde que anunció la congelación del Parlamento y la destitución del gobierno en julio de 2021, lo que provocó “oleadas crecientes de protestas”. » Sus oponentes y oponentes creen que estas medidas representaron el comienzo de un régimen autoritario que amenaza los logros democráticos logrados después de la revolución tunecina de 2011.
La victoria de Saied para un segundo mandato se produce a la luz de los grandes desafíos que enfrenta Túnez, el más importante de los cuales es la asfixiante crisis económica que se ha agravado a raíz de la pandemia de Corona, además de la frágil situación de seguridad en algunas regiones y el aumento En la migración irregular hacia Europa, Kais Saied también enfrenta una tarea compleja para restaurar la confianza popular y avanzar en la implementación de sus promesas electorales.
La calle tunecina, junto con el mundo exterior, está esperando lo que traerán los vientos de esta nueva fase del gobierno de Kais Saied, y si será capaz de lograr un «equilibrio» entre las reformas políticas y económicas y la respuesta a las demandas de la calle, o si el país entrará en una nueva ola de inestabilidad política, exponiendo la fragilidad de la estructura política sobre la que fundó su régimen “tiránico”, según dijeron sus oponentes.