Mohamed Guessous teme perder para siempre la villa que posee en Marrakech. Todo empezó con la promesa de vender su apartamento situado en el barrio de Souissi, en Rabat, el 5 de marzo de 2010. En aquel momento, firmó un compromiso de venta con una mujer llamada “AB” por un importe de 3.500.000 dirhams. La señora le pagó un depósito de 850.000 dirhams. El plazo de venta se fijó para el 1 de junio de 2010, antes de que se ampliara hasta el 6 de diciembre del mismo año mediante modificación de la promesa de venta redactada por el mismo notario. Pero desde entonces el comprador ha desaparecido. No fue hasta febrero de 2011 que volvió a ponerse en contacto con el vendedor.
Mientras tanto, Guessous utilizó el depósito recibido para adelantar fondos a una sociedad inmobiliaria para construir una villa en un complejo en Marrakech. Tras el prolongado retraso de la señora en finalizar la venta del apartamento en Rabat, se encontró entre la espera y la presión de la empresa, que le amenazó con considerar el depósito como un simple depósito que perdería si se demoraba en pagar el saldo restante. El vendedor informa al comprador a través de un alguacil que tenía que cerrar la venta en poco tiempo. En caso contrario, el contrato quedaría resuelto. Lo suficiente como para molestar al comprador que lo lleva a los tribunales. Esta situación empuja al MRE a vender su apartamento a otro comprador, por 3 millones de dírhams en lugar de 3,35 millones, el precio fijado en la primera promesa de venta.
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En 2013, “AB” demandó a Guessous y su esposa. Los acusa de «fraude mediante la transferencia de bienes inmuebles en perjuicio de la persona con la que había celebrado un contrato» y de «no ejecución de un contrato», en virtud de los artículos 540, 542 y 551 del Código Penal. El tribunal de primera instancia de Rabat pronuncia sentencia el 20 de mayo de 2014: absolución del MRE y de su esposa. Se declaró incompetente para pronunciarse sobre demandas civiles. Insatisfecho, el comprador lleva el asunto al tribunal de primera instancia de Marrakech. El 18 de julio de 2017, condenó a Guessous a “pagar al demandante la suma de 850.000 dirhams, cada uno según la participación que posea en el inmueble en el momento de la celebración del contrato, con una multa en caso de incumplimiento”. cumplimiento.”-pago, y asumir las costas judiciales”.
Guessous está apelando la decisión, porque considera que esta sentencia se dictó en rebeldía y que no fue informado del caso. En cuanto a su domicilio actual que figura en la sentencia, Guessous lo justifica explicando que «estaba recibiendo tratamiento médico en Rabat durante este período y que no recibió la citación ni la notificación». Su recurso no prosperó, ya que el asunto fue registrado para apelación el 18 de marzo de 2021, donde invocó la incompetencia territorial del tribunal de primera instancia de Marrakech en un asunto relativo a una promesa de venta de una propiedad situada en Rabat. Este recurso se consideró infundado. El 21 de marzo de 2023, el tribunal dictó sentencia definitiva rechazando el recurso de apelación.
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El 29 de diciembre de 2020, su casa en Marrakech fue subastada, con un precio de apertura fijado en 1.503.000 dirhams. Esta oferta había sido realizada durante una sesión anterior, sin oposición al precio inicial propuesto por el perito “MB” para la venta del inmueble. Según el informe de la subasta cuyo sitio web Al3omk posee una copia, la propiedad fue adjudicada a “AB”, presente en la venta. “Previa consulta con el juez de ejecución y su acuerdo para la venta al precio propuesto en la subasta, y transcurridos los diez días previstos en el artículo 479 del Código de Procedimiento Civil sin oferta superior a una sexta parte, el La subasta fue ganada por la señora 'AB', que aportó al fondo del tribunal la cantidad de 646.013 dirhams. […] que representa la diferencia entre el importe de la deuda y los costes de 868.987 dírhams y el precio de remate, así como los honorarios judiciales fijados en el 3% del precio, o 454.450 dírhams», se lee en el documento.
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Hoy, Guessous cuestiona la competencia de MB y le acusa de “falsificar su competencia”. Él “realizó la pericia en una casa contigua a la suya, aún en construcción, mientras que la casa en disputa estaba terminada y habitable en el momento de la pericia”, afirmó el MRE. Pide a las autoridades judiciales de Marrakech que realicen un segundo dictamen y tomen las medidas necesarias en su expediente, para protegerlo de las consecuencias de la «falsificación» cometida por el perito, que califica de «error grave». .