
Estados Unidos reafirmó su apoyo a la iniciativa marroquí de autonomía para el Sahara, calificándola de solución «seria, creíble y realista».
Esta posición fue expresada tras una reunión en Washington entre Nasser Bourita, ministro marroquí de Asuntos Exteriores, y Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense.
Las dos partes también expresaron su apoyo al enviado de la ONU, Staffan de Mistura, para llevar a cabo el proceso político encaminado a una solución duradera al diferendo regional sobre el Sahara, bajo los auspicios de Naciones Unidas.