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Cuando Hassan II entregó la cabeza del GIA a los argelinos


El ex ministro argelino de Defensa, Khaled Nezzar, prefirió conmemorar a su manera el 17º aniversario de la muerte del difunto Hassan II. El general retirado, que nunca abandonó realmente la escena política, decidió entregar al periódico conservador Echourouk el “contenido” de una entrevista, que data de junio de 1993, con el monarca.

Ese año surgió otro problema entre Rabat y Argel además de la cuestión del Sáhara Occidental. Tenía un nombre y una cara. Su nombre era Abdelhak Layada, el líder militar del Grupo de Ejércitos Islámico (GIA). En 1993 huyó de su país para encontrar refugio en el reino, precisamente en Oujda. ¿Fue para buscar ayuda de Marruecos o simplemente para pasar desapercibido por los servicios de inteligencia de su país que intentaban arrestarlo? Aquí las opiniones difieren.

Nezzar explica que su país exigió la cabeza de Layada. Para ello, decidió ponerse en contacto directamente con el ex ministro del Interior, Driss Basri, para solicitar su intervención con vistas a entregar al extremista, condenado en rebeldía a la pena de muerte.

Hassan II acepta entregar a Layada

Según el general, fue Hassan II quien solicitó su visita al palacio real para discutir el caso de Layada. Nezzar señala que la audiencia, que duró dos horas, tuvo lugar en el despacho del rey, modestamente amueblado. La discusión, según el argelino, también habría versado sobre la posición argelina sobre el diferendo territorial sobre el Sáhara Occidental, pero sin registrar el más mínimo avance.

Al final de la reunión, el rey ordenó a su Ministro del Interior que hiciera lo necesario para entregar Layada a Argelia. El 29 de septiembre de 1993, el líder militar del GIA fue entregado oficialmente a los servicios de seguridad del vecino del este. Permaneció encarcelado durante doce años en la siniestra prisión de Serkadji, situada en la capital.

Hay que decir que Marruecos nunca planeó beneficiarse del caos de seguridad que prevaleció en Argelia tras la destitución del Presidente Chadli Benjedid el 11 de enero de 1992 y el final del proceso electoral. Prueba de ello es la negativa de Rabat a responder a la petición de una delegación del Frente Islámico de Salvación, que había viajado al reino para solicitar ayuda marroquí.

En cuanto a Layada, salió de prisión el 12 de marzo de 2006, aprovechando un indulto del presidente Bouteflika en el marco de la Carta de Reconciliación Nacional. Desde entonces, el hombre ha dado un cambio radical en sus posiciones, llevando la vida de un príncipe en una suntuosa villa y rentabilizando su proyecto de venta de materiales de construcción.

La rendición de Abdelhak Layada fue sólo un breve paréntesis de la cooperación argelino-marroquí que terminó abruptamente un año después con el atentado terrorista contra el hotel Asni de Marrakech.





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