Esta solicitud se produce tras el repentino anuncio de Argelia de imponer visados a los marroquíes, rompiendo así con una política de exención en vigor desde 2004.
Esta reacción marroquí se produce en un contexto de crecientes tensiones entre los dos países vecinos. Los funcionarios marroquíes acusan en particular a ciudadanos argelinos de haber participado en un reciente ataque a la ciudad de Sebta y de haber hecho comentarios ofensivos hacia el reino.
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En este clima de desconfianza, algunos temen que la ausencia de visados para los argelinos facilite la infiltración de individuos malintencionados en suelo marroquí, especialmente en vísperas de grandes acontecimientos como la Copa de África de 2025 y el Mundial de 2030.
Cabe señalar que Marruecos ya había impuesto visados a los argelinos en 1994, tras un atentado en Marrakech atribuido a los servicios de inteligencia argelinos. Esta medida provocó luego el cierre de las fronteras entre los dos países.
