Eslovenia, que ocupa la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad en septiembre, organizó anoche un debate de alto nivel bajo el tema “Liderazgo para la paz. Unidos en cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas, en pos de un futuro seguro. Marruecos, aunque no es miembro del órgano ejecutivo de la ONU, estuvo presente en la persona del ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita.
Como es habitual, Argelia aprovechó este foro internacional para incluir la cuestión del Sáhara en el orden del día del encuentro. Tras constatar el “fracaso del Consejo de Seguridad a la hora de obligar a Israel a poner fin a la escalada” en Oriente Medio, el ministro argelino de Asuntos Exteriores abordó la situación en África. “Los acontecimientos y las tensiones que se producen en la región sahelo-sahariana alimentan la ansiedad y no inspiran confianza. Prueba de ello es el conflicto actual en la última colonia africana del Sáhara Occidental”, subrayó Ahmed Attaf.
En reacción, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores condenó a ciertos “Estados miembros” del Consejo de Seguridad que “financian y acogen milicias armadas que amenazan la estabilidad de los territorios de los Estados vecinos”. Nasser Bourita afirmó, en su intervención, que esta colusión “constituye también una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
En un mensaje enviado en abril de 2018 al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el rey Mohammed VI indicó que “Argelia tiene una responsabilidad flagrante. Es Argelia la que financia, es Argelia la que alberga, es Argelia la que arma, es Argelia la que apoya y proporciona apoyo diplomático al Polisario”.