El sábado se organizó una ceremonia que marcó el final de los trabajos de la primera fase de restauración y mejora de la capilla del monasterio de Toumliline, situado en las alturas de Azrou. Esta primera parte es el resultado de una colaboración entre la Fundación Memorias para el Futuro, el Centro Interconviccional Ta'aruf de Rabita Mohammedia des Ouléma y el apoyo de la Fundación Belga Future 21 y USAID.
En declaraciones a la MAP, Lamia Radi, presidenta de la Fundación Memorias para el Futuro, subrayó los objetivos de esta primera fase de restauración. “El antiguo monasterio de Toumliline fue el lugar de encuentros internacionales únicos, excepcionales, precursores en términos de diálogos interreligiosos, desde el verano de 1956, tres meses después de la independencia de Marruecos”, explicó.
También destacó la colaboración con varios socios, entre ellos Rabita Mohammedia des Ouléma, la Agencia Nacional del Agua y de los Bosques, el Consejo Prefectural de Meknes y la región Fès-Meknes, para la preservación y rehabilitación del sitio.
Lamia Radi indicó que esta primera fase, centrada en la restauración urgente de la capilla y la protección del lugar, allana el camino para una segunda fase destinada a acoger a un público más amplio y descubrir la historia de este lugar emblemático.
También destacó la fructífera colaboración con USAID en el marco del proyecto Dakira, que permitió apoyar financieramente la restauración del sitio y la transmisión de su memoria a las generaciones más jóvenes.
Durante esta ceremonia, Aicha Haddou, presidenta del Centro Interconviccional Ta'aruf de Rabita Mohammedia de Oulema, recordó el discurso del Rey Mohammed VI, con motivo de la conferencia internacional sobre los derechos de las minorías religiosas en Marrakech en la que El soberano citó a Toumliline como un lugar de acogida y de debate interreligioso.
Si bien destacó la dimensión simbólica de la restauración de la capilla, señaló que se trataba principalmente de estabilizar los cimientos y reforzarlos, manteniendo la fidelidad a la esencia del lugar. Aicha Haddou insistió en que la restauración de la capilla representa un acto de fe en el futuro y testimonia el deseo de garantizar que este lugar perdure para las generaciones futuras.
«Es nuestro deber preservar este patrimonio, protegerlo, pero también transmitir esta memoria para anclar la alteridad», añadió, subrayando que este símbolo de diálogo interreligioso, de respeto y de reconocimiento mutuo pertenece a todos y debe transmitirse al futuro. generaciones.
En este sentido, insistió en que la conservación de la capilla alimenta el espíritu de exigencia de fraternidad, diálogo, respeto y reconocimiento mutuo que siempre ha impregnado este lugar de Toumliline.
Por su parte, la baronesa Martine Jonet-de Bassompierre, presidenta de la Fundación Future 21, destacó la importancia simbólica de la restauración de la capilla del monasterio de Toumliline, más allá de su aspecto estético.
Destacó que este lugar, más relevante que nunca en el contexto actual marcado por la violencia y los conflictos, debe ser un centro para construir un futuro más pacífico, basado en el diálogo y el respeto mutuo.
Recordó que Toumliline, situada en un país donde el encuentro y el diálogo interreligiosos son posibles, ofrece un entorno ideal para promover la comprensión profunda y el respeto mutuo de las diferentes culturas y espiritualidades.
El proyecto “Reinventar Toumliline” consiste en la preservación de este sitio histórico excepcional y su memoria para su difusión entre la juventud marroquí, así como en el relanzamiento de encuentros de debate y diálogos interreligiosos en beneficio del mayor número de personas posible.