Argelia fracasó en la primera prueba real con la creación de los mercenarios del «Polisario», y su asunto quedó expuesto cuando los campamentos de saharauis marroquíes en Tinduf se hundieron bajo el peso de las fuertes lluvias e inundaciones que azotaron la región el pasado fin de semana, provocando destrucción generalizada y exacerbando las difíciles condiciones humanitarias que viven los residentes de estos campos. A pesar de la magnitud del desastre, las autoridades argelinas guardaron silencio, ignorando las llamadas de socorro emitidas por los campos afectados.
A pesar de las repetidas afirmaciones de Argelia de apoyar a los mercenarios del «Polisario», la reciente catástrofe demostró lo contrario, ya que el Estado militar no tomó ninguna medida real para aliviar a miles de familias que se encontraron rodeadas de agua y barro, en medio de una escasez de alimentos y agua potable. agua, lo que agravó aún más la situación, que ya estaba empeorando en estos campos.
Las fuertes lluvias que cayeron sobre la región provocaron el derrumbe de muchas tiendas de campaña y viviendas temporales, desplazando a cientos de familias y dejándolas vulnerables al frío y las tormentas. El asunto no quedó ahí, sino que el suministro humanitario se cortó casi por completo, en medio de la ausencia. de cualquier apoyo por parte de las autoridades argelinas, que se supone son las patrocinadoras de estos campamentos, mientras la organización mercenaria desaparecía de la vista, dejando a las personas sin hogar y ahogándose junto con su ganado arrastrado por las inundaciones. .
Ante esta desastrosa situación, muchas voces críticas surgieron, ya sea dentro de los campos o en los medios de comunicación independientes, denunciando a Argelia y al “polisario” ignorando el sufrimiento de la población, que ya vive en duras condiciones. como un claro abandono del “Polisario”, lo que plantea serias dudas sobre el objetivo de Argelia en el control de esta entidad, que siempre ha utilizado como carta de presión en su conflicto artificial con Marruecos, y cuál es el valor de las familias detenidas por la fuerza. e intimidación dentro de estos campos.
Esta catástrofe humanitaria expuso la ilusión que las mentes de los soldados habían creado y tejido para encadenar a la población en tiendas de campaña y casas frágiles. Quedó al descubierto por las inundaciones, que revelaron la falta de infraestructuras y servicios en los campos, y una vez más lo confirmaron. Una vez más, sus residentes sufren un abandono sistemático, lo que profundiza su sensación de aislamiento y sufrimiento constante, y apelan a los musulmanes para que los salven de esta amarga humillación.