2024 22 de septiembre – Modificado el
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Con el declive de la mediación social y el retiro de la familia, la escuela, los partidos, las asociaciones civiles, los clubes y los hogares juveniles… del ámbito de la crianza de los niños y la regulación de los adolescentes y jóvenes, este vacío y este declive han generado “salvajes” identidades compensatorias y yoes impulsivos y “prejudiciales”.
El acelerado colapso del sistema de valores ha provocado una dualidad en la que chocan la matriz de valores deseados (vida digna, igualdad de oportunidades, justicia territorial…), y las manifestaciones de la realidad del empobrecimiento moral, que ha llevado a la infección de la laxitud moral a través de los dichos de «Jafiz» – «Wa'ar» – «Clavo – «Brecade» – «Hombre».«…
Estas representaciones de valores oscilan entre el significado general y el verdadero significado en relación con los modelos sociales. Los valores deseados se construyen sobre una base vacilante e inconsistente que deriva su fuerza de una dualidad heterogénea, si no “confusa”. Por ejemplo, “Qafuziya” se refiere a una “inteligencia colectiva” vinculada a un mecanismo de ascenso social que parece “ideal”. ” y no está sujeto a responsabilidad por la veracidad y lógica de las historias de éxito, especialmente en el caso de El movimiento.
Por tanto, valores morales como el trabajo, el esfuerzo, la honestidad, la nobleza, el compromiso, la perseverancia, el esfuerzo, la excelencia… dejan paso a valores como el valor de “saltar”, “promax”, “fugirse”, y “nadi”, especialmente con el surgimiento de una nueva “reparación” de las prácticas digitales que resultó en ingresos digitales de los que se benefician algunas “personalidades” virtuales como los “influencers”, los “YouTubes” y los “streamers”.
¿Puede la mediación comunitaria, con todos sus canales e incubadoras (familia, escuela, universidad, partido, asociación, club…), en medio de este contexto híbrido, controlar el curso de los valores, prácticas y tendencias juveniles, incluido en particular el movimiento? ¿tendencia?
En relación con la relación del sistema educativo y su papel en la mediación social, se puede reconocer que la relación clara enmarcada por la mayoría de los planes de reforma tenía como objetivo vincular la educación al mercado laboral, aunque el objetivo final de la escuela es vincularlo a la bolsa, a las transacciones y al mercado de valores, o según Bourdieu, obligarlo a las exigencias y la realidad del “mercado de bienes simbólicos”.
Por lo tanto, la rigidez de la mediación comunitaria ante la situación de los jóvenes indica que la desviación conductual y social se basa en un deslizamiento de valores y un fallo en el sistema de socialización, lo que ha resultado en el surgimiento de nuevas estrategias de compensación entre los niños. adolescentes y jóvenes, como “masculinidad desde la infancia”, “prácticas encantadoras” y “agresión libre”, “justicia callejera” y “movimiento como proyecto personal”. «…
Desde este punto de vista, parece que estas estrategias compensatorias, además del envío digital, la movilización virtual, las convicciones agresivas y los métodos de incitación digital, conducen a tensiones conductuales y de valores dentro de diversos espacios y sitios sociales sin excepción.
Es urgente, por tanto, contar con una mediación comunitaria basada en la conciencia de la importancia, profundidad y viabilidad de una “ciudadanía tranquila” para salir del impasse juvenil, en paralelo con el reconocimiento del derecho a una vida digna, el deber de cultivar la convivencia, el respeto por la diferencia y los elementos del vínculo social, la negociación de la diversidad y el pluralismo, y el rechazo de toda referencia a la cultura de la frustración espacial, ya sea local, regional o nacional, y alejarse de todo tipo de nacionalismo, individual, y el derrotismo identitario colectivo.