Karim Mosta, el decano de los aventureros que ha viajado cinco veces por el mundo
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Karim Mosta, el decano de los aventureros que ha viajado cinco veces por el mundo


Hoy, abuelo y jubilado que vive en Tonnerre, Francia, Karim Mosta bien merece su título de abuelo inspirador. Recientemente regresó a casa después de un nuevo viaje siguiendo los pasos de Ibn Batouta. En bicicleta, unió Casablanca con Beijing, o 15.000 kilómetros en 8 meses.

Antes de eso, Karim Mosta desarrolló su amor por el deporte desde muy joven. Fue en la antigua piscina municipal de Casablanca donde se curtió el nativo de la antigua medina. “Aprendí a nadar al mismo tiempo que aprendí a caminar”, disfruta contándonos hoy, para ilustrar el papel temprano de la educación física en su desarrollo personal al forjar una mente de acero. Con el tiempo, el futuro maratonista ya ha comprendido lo que es superarse a uno mismo. Su forma de vida está totalmente en consonancia con ella.

“Pasé mucho tiempo en la cuenca, con la Wydad de Casablanca. Pasé horas y kilómetros nadando desde mi infancia, lo que entrenó mi mente con un cierto espíritu de resistencia, incluso más allá del rendimiento físico”, explica Karim Mosta, que permaneció así como pez en el agua hasta los dieciséis años.

En ese momento se reunió con sus hermanos y hermanas en Francia. Sin acceso a una piscina de entrenamiento, su gusto por el trabajo duro llegará hasta los sacos de arena. Karim Mosta juega en serio el boxeo y sigue pasando horas al día en el gimnasio, hasta situarse por delante del rendimiento de su categoría, a su edad. De treinta peleas, ganó 28 por nocaut y perdió sólo una.

Buscando otros horizontes, su entrenador le entregó y le confió la sala de entrenamiento. Karim Mosta tiene entonces la misión de apoyar a sus compañeros en su preparación física. En el camino, entrenó y se convirtió en entrenador de boxeo durante siete años. Trabajando al mismo tiempo como bartender durante los fines de semana, conoció a la persona que cambiaría el rumbo de su vida deportiva.

“Un amigo era fotógrafo del Marathon des Sables. En ese momento todavía no sabía nada sobre el desierto, a pesar de que es parte de mi país de nacimiento. Dada mi experiencia en el deporte, mi amigo me mostró algunas fotos, animándome a dar el paso y comprometerme con este nuevo desafío”.

Karim Mosta

El desafío se retomará y se repetirá en otras 28 ediciones, desde que Karim Mosta, el primer corredor marroquí en la competición, se haya aficionado a correr y caminar largas distancias. Viaja por el Sahara, pero también por diferentes regiones del mundo en Asia, Europa, bosques e islas tropicales, etc. Para el deportista, todos los motivos son buenos para moverse. Más que la hazaña física, ahora es una filosofía de vida. En cada ocasión descubrió que era el primer nacional en participar en estos desafíos de tamaño natural, que lo llevaron a más de 145 países.

El deporte como filosofía de vida

En los últimos años, Karim Mosta ha vuelto a combinar la introspección con la superación de uno mismo. Para cumplir el sueño de su madre de verlo hacer la peregrinación, se embarcó en un viaje en bicicleta que unió Casablanca con La Meca, atravesando 13 países europeos. A pie o sobre dos ruedas, las largas distancias definitivamente le convienen. Al gustarle, emprendió entonces su viaje entre Amsterdam y Dakar, llevando un mensaje de paz y en homenaje a Abdelhak Nouri.

Pionero continental de las largas distancias a pie, de Brasil a China, pasando por México, Estados Unidos, el Himalaya y Australia, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, Karim Mosta corrió y caminó “para descubrir el mundo” más que para ganar dinero. dinero. En este espíritu se inscribe también su última aventura: Casablanca-Pekín en bicicleta.

“No me gusta copiar de nadie más. Quería hacer más de lo que ya he hecho”, nos cuenta. Inspirándose en los viajes del viajero Ibn Battuta, planea conectar su país con China. Ayudado por sus patrocinadores, recibe apoyo en las distintas etapas administrativas para facilitar su viaje. En particular, a través de una asociación de amistad entre los dos países, se pone en contacto con la embajada en Rabat para obtener los permisos de residencia necesarios.

Karim Mosta, ahora sano y salvo, comparte esta experiencia de vida también con los más jóvenes de su medina natal de Casablanca. En un barrio en el corazón del centro urbano pero poco invertido en centros de diversión para apoyar a jóvenes y adolescentes, son los mayores quienes asumen el rol de fiscalizar y servir de ejemplo para la futura generación.

Con los niños del club de fútbol Rahal, su recorrido vital se convierte en un aprendizaje para los niños, a quienes conoció recientemente con motivo de su regreso de Beijing. “Les insisto en dos cosas: los estudios y el deporte para que sean siempre una mejor versión de sí mismos, pero también y sobre todo que sean amables con el prójimo, porque la educación es la clave”, nos dice.





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