En las calles de la ciudad crece el número de personas mendigando, principalmente procedentes del África subsahariana y Siria. Entre ellos, muchos niños se ven obligados a acercarse.
Las asociaciones locales explican que esta mendicidad refleja una gran inseguridad. Estos inmigrantes, a menudo analfabetos y desempleados, luchan por satisfacer sus necesidades más básicas. La falta de estructuras de acogida adecuadas empeora su situación.
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Los principales ejes de tráfico, como la avenida Hassan II o la avenida Mohammed V, se han convertido en el escenario de una triste realidad. En los semáforos en rojo, los refugiados piden ayuda a los automovilistas por unos pocos dirhams, afirman asociaciones citadas por calle20.
A pesar de los esfuerzos del gobierno marroquí para regularizar la situación de estos inmigrantes y promover su integración, la mendicidad sigue siendo un problema omnipresente en las calles de Marrakech.