Esta petición se produce en un contexto tenso entre los dos países vecinos. La presunta participación de argelinos en un reciente ataque a la ciudad de Ceuta, así como las declaraciones hostiles de ciertos ciudadanos argelinos contra Marruecos, han reavivado las preocupaciones.
El temor es que la ausencia de visa facilite la infiltración de personas con malas intenciones, especialmente en vísperas de grandes eventos como la Copa Africana de Naciones de 2025 y la Copa del Mundo de 2030.
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Los activistas recuerdan que Marruecos ya ha impuesto un visado a los marfileños para frenar la inmigración ilegal, considerando que la misma lógica debería aplicarse a los argelinos, ante lo que perciben como un deseo de desestabilizar el país.
Marruecos ya había introducido visados para los argelinos en 1994, tras un atentado en Marrakech. Las relaciones entre ambos países se deterioraron significativamente y Argelia llegó incluso a cerrar sus fronteras.
