La poderosa tormenta Boris, que azota Europa oriental y central desde hace cuatro días, ha causado pérdidas humanas y materiales después de cobrarse la vida de al menos 15 personas, y provocar inundaciones, derrumbes de presas y graves daños.
Desde el viernes pasado, fuertes vientos y lluvias inusualmente intensas azotan amplias zonas de Austria, la República Checa, Hungría, Rumanía y Eslovaquia.
Muchos grupos de población siguen aislados, mientras que cientos de personas han sido evacuadas en helicóptero desde tejados y otros lugares.
Además de la muerte de siete personas en Rumanía, Austria anunció que dos personas, de 70 y 80 años, fueron encontradas muertas en sus casas, un día después de la muerte de un bombero.
En la República Checa, una persona se ahogó en un río, mientras las autoridades contabilizaron «siete personas desaparecidas».
Polonia también contabilizó cuatro muertes a raíz de lluvias torrenciales e inundaciones, y el primer ministro Donald Tusk anunció una ayuda inmediata por valor de 235 millones de euros.
Hasta ahora se han derrumbado 12 presas, provocando torrentes de agua torrencial, mientras miles de familias siguen sin electricidad ni agua en el estado de Baja Austria, según informaron las autoridades.
En Hungría, el primer ministro Viktor Orban anunció que pospondría todos sus “compromisos internacionales”, incluida su asistencia al Parlamento Europeo, debido a la tormenta.
La Dirección General de Gestión del Agua de Hungría esperaba que el nivel del río Danubio alcanzara su punto máximo en Budapest a finales de esta semana.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático confirmó en su informe de 2022 que las inundaciones asociadas con fuertes lluvias aumentarán en Europa Central a medida que las temperaturas globales aumenten 1,5 grados Celsius.