La selección marroquí de fútbol sala, tres veces campeona africana, quiere afrontar el reto de ganar su primera Copa del Mundo. Hicham Dguig y los suyos son conscientes de que la tarea será difícil, pero hacen gala de una mentalidad ganadora para dar alegría al público marroquí, que espera verlos regresar con el título mundial, tras su eliminación en cuartos de final durante la anterior edición del el mundo en Lituania.
“No hay presión. Se trata de una petición legítima del público y de los directivos tras los buenos resultados de este equipo. Sólo que es un Mundial. Ningún entrenador puede presentarse y decir que viene a ganar el título”, dijo Dguig el viernes tras un entrenamiento.
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El técnico marroquí espera partidos difíciles, consciente de que el Mundial no es la Copa de África ni la Copa Árabe. “Tendremos una muestra de lo que nos espera desde el primer partido (contra Tayikistán, el lunes) y si logramos sumar los puntos de la victoria, demostraremos que somos un gran equipo”, afirmó.
La selección marroquí ocupa el sexto lugar en el ranking FIFA y pretende demostrar que se merece ese estatus. “Esta presión es una fuente de motivación para los jugadores. Depende de nosotros demostrar que somos un equipo de clase mundial”. Después de Tayikistán el lunes, Marruecos se enfrentará a Panamá el 19 de septiembre y a Portugal, vigente campeón del mundo, el 22 de septiembre, en el estadio Humo Arena.
