Durante este juicio, los investigadores retomaron el informe elaborado por el médico forense a petición del juez de instrucción encargado del caso, tras la reconstrucción de los hechos, realizada el 7 de agosto de 2019. Durante la reconstrucción, Soraya Sahli recordó su accionar la noche del 18 al 19 de febrero de 2019. Dijo que llegó a su habitación de hotel alrededor de la medianoche y bajó a recepción a las 3 de la mañana para pedir ayuda luego de notar que su bebé ya no respiraba.
El médico forense que asistió a esta reconstrucción explica en su informe que la acusada, según su relato, no intentó reanimar a su hija de dos meses que ya no se movía. Otro dato preocupante que notó el médico: la falta de interacción de Soraya con su bebé entre la medianoche y las 3:00 am cuando bajó a pedir ayuda. “No la alimenta, no la cambia, no controla si duerme bien”, observó en su informe.
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Soraya Sahli había dicho a los agentes de policía que le interrogaron tras el ingreso del bebé en la sala de urgencias del Hospital Universitario Infantil Reina Fabiola (Huderf) de Laeken, que había «metido» a Lydia entre dos cojines de la cama para darse una ducha. Cuando regresó, encontró a su hija de 3 años sentada en uno de los cojines, con Lydia debajo. Presa del pánico, bajó a recepción para pedir ayuda.
Según los médicos, el bebé, además de asfixia, tenía dos fracturas de cráneo, una de las cuales tenía entre dos y tres semanas y la otra, aproximadamente una semana. A pesar de los cuidados brindados, Lydia finalmente murió siete días después de haber sido ingresada en el hospital. Soraya niega haber matado a su hija, aunque admite ser «negligente» y parcialmente responsable de la muerte de Lydia.