Ciencia electrónica – seguimiento
Con el inicio de las elecciones presidenciales argelinas el sábado por la mañana, está claro que estas elecciones enfrentan importantes desafíos relacionados con la integridad del proceso electoral. En un momento en que los colegios electorales han abierto sus puertas a los votantes, parece que las elecciones se llevan a cabo en un marco de propaganda democrática fraudulenta que plantea dudas sobre su credibilidad.
En esta carrera presidencial compiten tres candidatos: Youssef Ouchish, del partido Frente de Fuerzas Socialistas, Abdelmadjid Tebboune, el actual presidente, y Abdelali Hassani Sharif, del Movimiento por la Sociedad de la Paz. A pesar de la aparente competencia, los círculos políticos indican que Tebboune goza de un fuerte apoyo de los círculos de poder, lo que plantea dudas sobre las posibilidades de un cambio real a través de estas elecciones.
Bajo la apariencia de democracia, los resultados pueden estar predeterminados a favor de Abdelmadjid Tebboune, lo que plantea dudas sobre la seriedad del proceso electoral. Si bien se promueve la multiplicidad de opciones políticas, las políticas reales y las reformas requeridas siguen, a los ojos de muchos, lejos de lograrse, lo que hace que estas elecciones parezcan una “propaganda” democrática que no refleja los cambios fundamentales que el país necesita.
Mientras este escenario continúa, Argelia sigue enfrentando una realidad electoral que puede no ser más que una formalidad, en ausencia de un horizonte claro para reformas reales que mejoren la credibilidad del proceso político y garanticen una verdadera representación de la voluntad del pueblo.