Según testimonios in situ, la joven se había preparado para vestir varios trajes tradicionales, como es costumbre en las bodas marroquíes. Pero el cuento de hadas se convirtió en una pesadilla. La novia se negó a usar el traje bereber, considerándolo “anticuado” y prefiriendo trajes más modernos a sus ojos. Esta decisión enfureció al novio y a su familia, para quienes la vestimenta amazigh es un elemento muy importante de su identidad cultural.
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Los testigos informan que después de un acalorado intercambio con la novia, el novio abandonó la ceremonia, seguido por su familia, y anunció el divorcio de inmediato.
Estos hechos rápidamente circularon en las redes sociales en Marruecos, provocando fuertes reacciones. Si algunos internautas apoyaron al novio, creyendo que tenía razón al defender sus tradiciones, otros expresaron su solidaridad con la novia, argumentando que ella era libre de elegir su atuendo.