En la comuna de Amizmiz, en el corazón de las montañas del Alto Atlas, se está construyendo un insólito pueblo llamado Douar Shems'y, un espacio diseñado para ofrecer un nuevo hogar a los niños huérfanos por el terremoto que asoló la región de Al Haouz. Septiembre de 2023.
Situado a unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, este pueblo modelo hace honor a su nombre. Shems'y, Mi sol en árabe, evoca la esperanza y la luz que trae para calentar los corazones de estos niños.
Construido en un tiempo récord por iniciativa de la Asociación Marroquí para la Protección de los Niños en Situación Precaria (AMESIP), este espacio acogedor y cálido ofrece un entorno de vida similar al de una familia, donde estos niños podrían crecer, rodeados de empatía y ternura.
En declaraciones a la MAP, el director del pueblo, Youssef Lahbil, subrayó que el objetivo de este establecimiento es crear un entorno solidario que promueva el desarrollo personal y la integración social de los niños dentro de la comunidad.
Diseñado de manera ecológica y cumpliendo con las normas antisísmicas, este espacio ofrece actividades educativas, culturales, artísticas y deportivas, además de apoyo social y psicológico a 144 huérfanos, para su desarrollo integral, agregó.
Por su parte, Fatiha Takhabazt, responsable educativa de Douar, destacó que se formó un equipo socioeducativo entre jóvenes de la región de Al Haouz para apoyar el desarrollo de los niños y moldear su personalidad.
Lo mismo cuenta Youssef Amir, profesor de artes plásticas, quien destacó que el Centro adopta un enfoque educativo creativo y personalizado, en particular a través de juegos, talleres de tejido y dibujo que ayudan a estimular las capacidades intelectuales de los niños.
Para Kenza Elazzam, educadora del pueblo, Douar Shemsy' es un remanso de paz que permite a los niños superar las secuelas de los trágicos acontecimientos que vivieron durante el terremoto.
Con una superficie de dos hectáreas, Douar Shems'y está dotado de todos los servicios necesarios para satisfacer las necesidades de los residentes, incluidas áreas de restauración, alojamiento y ocio, parques infantiles, aulas, biblioteca, dispensario, centro de escucha, además de espacios donde Los miembros de las familias de los huérfanos o sus tutores pueden pasar la noche.
El pueblo es también un lugar para vivir abierto a su entorno. En colaboración con las asociaciones de padres y el tejido asociativo local, la comunidad Amizmiz puede beneficiarse de las instalaciones culturales y deportivas del pueblo, favoreciendo así la convivencia y la inclusión de los niños en la sociedad.