El Ministerio para la Transición Energética y el Desarrollo Sostenible (MTEDD) reaccionó tras las informaciones publicadas por determinados medios de comunicación sobre la importación de residuos no peligrosos en Marruecos. “La importación de residuos no peligrosos se rige por las disposiciones del Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y su eliminación, ratificado por Marruecos, y regulado por los textos legislativos y reglamentarios vigentes”indicó el departamento de Leila Benali en un comunicado de prensa.
Refiriéndose al marco reglamentario, el Ministerio señala los datos «erróneos» y las acusaciones difundidas en diversos medios de comunicación y en las redes sociales sobre los residuos importados y, en particular, los comentarios y críticas dirigidos a las instancias administrativas y gubernamentales que gestionan los residuos. Sectores de Energía y Medio Ambiente.
Para iluminar a la opinión pública sobre esta cuestión, el MTEDD precisa que el comercio internacional de residuos no peligrosos está sujeto a una fuerte competencia entre empresas internacionales especializadas y otros actores de este sector, en particular con el creciente desarrollo del reciclaje y la reutilización de residuos en el marco de economías verdes y circulares.
Marruecos importa, en particular, residuos plásticos y ferrosos y ruedas de caucho rotas para reciclarlos y valorizarlos como materias primas o complementarias en el ámbito industrial y energético (como la fabricación de tuberías destinadas al saneamiento de líquidos, riego por goteo, cajas de plástico, etc.). ).
En total, desde 2016 hasta hoy se han concedido 416 autorizaciones a empresas del sector, afirma el MTEDD, añadiendo que Marruecos se encuentra entre los países con un bajo índice de importación de residuos (residuos no peligrosos) en comparación con otros países con el mismo nivel. mismo nivel económico. Además, el departamento destaca que las cadenas de valorización de residuos afectan a 13 áreas y tienen un gran potencial para crear valor añadido para la economía nacional, como mejorar la balanza comercial y crear más de 9.500 puestos de trabajo directos e indirectos en las industrias siderúrgicas, con el objetivo de crear al menos 60.000 oportunidades de empleo para 2030.