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¿Hacia el final del diésel?



En Marruecos, el sector del automóvil se enfrenta a un gran desafío: encontrar un equilibrio entre los imperativos económicos y la preservación del medio ambiente y la salud. El reino prosigue la comercialización de automóviles diésel por motivos económicos, ya que el coste del diésel en Marruecos sigue siendo inferior al de la gasolina. Esta estrategia gubernamental tiene como objetivo mantener la estabilidad del mercado y brindar opciones asequibles a los consumidores. Sobre todo porque la transición de los vehículos diésel a coches más limpios, como los eléctricos, requiere la movilización de enormes inversiones en infraestructura, como estaciones de carga eléctrica y la modernización de las redes de carreteras. Pero el uso de vehículos diésel no está exento de consecuencias para el medio ambiente y la salud, recuerda Al3omk.

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Se informa que los motores diésel producen una variedad de contaminantes del aire, incluidas partículas finas y óxidos de nitrógeno, que causan graves problemas de salud como asma, enfermedades respiratorias y cardíacas. Así lo demuestra un estudio de la OMS realizado en 2012 que concluyó que estas emisiones están asociadas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y de vejiga. En Marruecos, la elevada proporción de coches diésel en las carreteras es responsable del aumento de las tasas de enfermedades respiratorias y urinarias en las grandes ciudades. Además, las emisiones de diésel contribuyen a la contaminación del aire y al aumento de los gases de efecto invernadero, lo que agrava el calentamiento global, según un informe del Banco Mundial de 2021 titulado “Calidad del aire y cambio climático en las ciudades en desarrollo: estudio de caso de Marruecos”.

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Todavía existen políticas alternativas que el gobierno marroquí podría implementar para reducir el uso de coches diésel como lo hacen algunos países europeos. Marruecos podría adoptar políticas fiscales destinadas a reducir el uso de motores diésel, incluida la imposición de impuestos a los automóviles con altas emisiones y alentar a los ciudadanos a cambiar a automóviles eléctricos o híbridos ofreciendo exenciones fiscales o incentivos financieros. Marruecos no sólo debe centrarse en invertir en la mejora y ampliación de las redes de transporte público, sino que también debe mejorar la calidad de los servicios de transporte público y hacerlos más atractivos.

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Otras soluciones: ofrecer incentivos financieros y legislativos para fomentar la compra de coches eléctricos, como reducciones de impuestos y exenciones de derechos de aduana; fortalecer la infraestructura necesaria para respaldar los automóviles eléctricos, como aumentar el número de estaciones de carga y facilitar el acceso a ellas; lanzar campañas de sensibilización destinadas a informar a la ciudadanía sobre los riesgos del diésel para la salud y el medio ambiente, así como la importancia de pasar a alternativas más limpias, y finalmente fomentar la responsabilidad individual e incentivar a los ciudadanos a adoptar comportamientos más duraderos.



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